sábado, 17 de marzo de 2018

13 DE MARZO 1957. "ESTE DIA EN LA HISTORIA CUBANA"


"El grupo de José Antonio se haria cargo de la estación de radio CMQ..."

Por Pedro Roig.
El 13 de marzo de 1957, los opositores del dictador cubano Fulgencio Batista intentaron ejecutarlo en el Palacio Presidencial de La Habana. A fines de febrero, José Antonio Echeverría, Menelao Mora y Carlos Gutiérrez Menoyo, reunieron a más de cien hombres para un golpe decisivo al jefe del régimen. Dos generaciones, impulsadas por un orgulloso nacionalismo, se unieron para encontrar un camino hacia la legitimidad constitucional, la honestidad y los derechos civiles. El "Directorio Revolucionario", una organización ferozmente anticomunista, y un grupo de ex "Auténticos" totalmente comprometidos con la rebelión armada, unieron sus recursos para el osado ataque.
Sería un asalto directo y final al régimen. Unos cuarenta y dos hombres de vanguardia liderados por Menoyo y Mora debían luchar para llegar al palacio. Menoyo era un veterano de la Guerra Civil Española, y Mora un ex congresista "Auténtico". Ambos eran conocidos por su coraje en el combate. Un grupo de apoyo debía tomar el control de los edificios alrededor del Palacio para disparar contra los defensores a través de las puertas y ventanas, a fin de crear confusión dentro del Palacio. Este importante grupo de apoyo fue para evitar la llegada de refuerzos y garantizar que no hubiera posibilidades de una ruta de escape para el dictador. El grupo de José Antonio se haría cargo de la estación de radio CMQ y anunciaría a la nación que el dictador había sido ejecutado. Los grupos de asalto estaban armados con ametralladoras, carabinas M1, pistolas y granadas. La fecha del ataque fue el 13 de marzo.

A las 3:20 p.m. el primer grupo entró luchando a través de la entrada del Palacio en la entrada del "Parque Zayas". Mora y Menoyo condujeron a la vanguardia a la planta baja, disparando sus metralletas hasta el comedor y las oficinas ejecutivas de Batista; en el segundo piso donde dos oficiales fueron asesinados por el escritorio de Batista. El grupo de apoyo no llegó. Su ausencia del ataque al Palacio lo convirtió en un fracaso fatal. Después del shock inicial, los guardias se defendieron. Dentro del edificio hubo un feroz tiroteo, pero Batista escapó en un ascensor al tercer piso y los rebeldes no pudieron alcanzar y ejecutar al dictador.
Tal como estaba programado, el grupo de José Antonio se hizo cargo de la estación de radio CMQ y transmitió lo que llegó a conocerse como su última voluntad política o un adiós a los cubanos: "¡Pueblo de La Habana! La revolución está en progreso. El Palacio Presidencial ha sido tomado por nuestras fuerzas y el dictador ha sido ejecutado en su guarida ... confiamos en que la pureza de nuestras intenciones nos traerá las bendiciones de Dios para que podamos llevar el gobierno de justicia a nuestra nación ... Si caemos, que nuestra sangre señale el camino hacia la libertad ". Fue un mensaje de héroe. Un devoto cristiano José Antonio tuvo la heroica visión de un mártir.
Dentro del palacio, la lucha continuó durante más de una hora, pero sin la participación crucial del segundo grupo. El refuerzo de Batista pronto comenzó a llegar a la escena y fue capaz de recuperar los terrenos del palacio y salvar al régimen sacudido. Al final de la tarde la pelea había terminado. Treinta y cinco hombres murieron en el asalto, incluidos Menoyo y Mora. Sus cuerpos acribillados yacían en las escaleras de mármol del palacio. José Antonio Echeverría fue baleado y asesinado por la policía en un tiroteo mientras se acercaba al campus de la Universidad de La Habana.
Esa tarde, en su escondite en la montaña, Castro escuchó la noticia del ataque para matar a Batista. Una victoria del Directorio podría haber significado el final de su búsqueda de poder. Con 80 hombres en la Sierra Maestra, Castro estaba condenado al fracaso y no pudo controlar su furia cuando, en una transmisión radial de onda corta, calificó el ataque del Directorio de "un inútil derroche de sangre".
La muerte de José Antonio Echeverría fue una desgracia trágica para la libertad de Cuba y el estado de derecho bajo la Constitución de 1940. José Antonio era un líder querido de prestigio nacional y el principal retador de la hegemonía de Fidel Castro en la lucha revolucionaria. Su muerte fue un desastre aplastante para los derechos individuales y la libertad.

 Pedro Roig, Esq. es Director Ejecutivo en el Instituto de Estudios Cubanos. Tiene una Maestría en Artes de la Universidad de Miami y un Doctorado en Jurisprudencia de la Universidad de St. Thomas. Ha escrito varios libros, entre ellos "La muerte de un sueño: una historia de Cuba" y "Martí: la lucha cubana por la libertad". Es un veterano de la brigada 2506.

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