sábado, 31 de marzo de 2018

EL ESCORPION Y LA RANA


"Me acordé de esta fábula del analista político Eugenio Yañez mientras discutiamos el comportamiento del gobierno cubano..."

Por José Azel.
En la fábula del escorpión y la rana, un escorpión le pide a una rana que la lleve al otro lado del río. La rana, temerosa de ser picada, vacila. Pero el escorpión argumenta que si picara a la rana, ambos se ahogarían. Teniendo en cuenta que sería irracional que el escorpión causara ambas muertes, la ranita está de acuerdo. En la mitad del río, el escorpión pica a la rana, condenando a los dos. Como ambos se están ahogando, la rana le pregunta al escorpión: ¿Por qué? El escorpión responde que no pudo evitarlo; estaba en su naturaleza hacerlo.
Me acordé de esta fábula del analista político Eugenio Yañez mientras discutíamos el comportamiento del gobierno cubano al negar visas a varios dignatarios de alto nivel que buscaban viajar a Cuba para recibir un galardón por la democracia nombrado en honor del opositor del gobierno asesinado Oswaldo. Paya. El premio sería emitido en Cuba por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia en la casa de su presidenta Rosa María Payá Acevedo, hija de Payá.

El ganador del premio y el invitado de honor invitado fue Luis Almagro, actual Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Entre los dignatarios también se encontraban Patricia Aylwin, ex ministra chilena de Educación e hija del fallecido presidente Patricio Aylwin, el ex presidente mexicano Felipe Calderón, el ex embajador checo en los Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas Martin Palous. Todos ellos, y otros, se les negó la entrada por parte del gobierno cubano, que consideró la visita una provocación anticubana inaceptable. La acción del gobierno cubano ha generado numerosas protestas de figuras públicas en toda la región.
 El día anterior, en mi conversación con el Dr. Yáñez, predijo acertadamente que el gobierno cubano negaría la entrada a los dignatarios independientemente de los costos políticos: "No lo permitirán; no está en su naturaleza”.
En mis escritos, a lo largo de los años, repetidamente he hecho el mismo comentario al criticar prácticas y políticas, como la política cubana del presidente Obama, que buscaban alterar de algún modo el comportamiento del régimen cubano. Estas políticas asumen que el precepto de la racionalidad económica de estilo estadounidense, que compara los costos y los beneficios, se aplica al régimen de Castro. Tales políticas no funcionarán; no está en la naturaleza del gobierno cubano hacer concesiones ideológicas. El general Raúl Castro ha sido explícitamente claro de que Cuba no cambiará sus caminos. No está en su naturaleza.
Los partidarios de poner fin a las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba, por ejemplo, afirman que tal medida alentaría al gobierno cubano a adoptar políticas más racionales. No lo hará. No está en su naturaleza.
Esperaban que el establecimiento de relaciones diplomáticas motivaría al general Raúl Castro, a quien consideraban más pragmático que su hermano Fidel, a disminuir la represión y quizás marcar el comienzo de las reformas democráticas. El no ha. No está en su naturaleza.
Esta última demostración de la intransigencia del gobierno cubano debe poner fin a cualquier noción de que las políticas que buscan cambiar la naturaleza del régimen tendrán éxito. Al negar la entrada al Secretario General Almagro y otros dignatarios, el gobierno cubano ha incurrido en costos políticos significativos entre muchos de sus partidarios más ardientes en América Latina. Pero no podría haber hecho lo contrario. No está en su naturaleza.
A menudo, nuestras deficiencias en la política exterior, particularmente cuando se trata de regímenes que defienden ideologías totalitarias como Corea del Norte, Irán o Cuba, están arraigadas en nuestra cosmovisión estadounidense que no comprende la naturaleza de estos regímenes. No reconocemos que estos regímenes se sustentan en sus ideologías totalitarias que requieren una animadversión contra la libertad y la violación generalizada de los derechos naturales de la ciudadanía.
La política exterior de Cuba es aquella que coloca sus valores totalitarios ante sus intereses económicos o políticos. Es hora de que reconozcamos que no pueden cambiar. Como con el escorpión de la fábula, no está en su naturaleza.

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