Carácter castrense, los militares
mandan
Pero hay más, aunque “de jure” la Constitución así lo establece, en
la práctica (“de facto”), la máxima instancia de poder en Cuba no es
el Buró Político del PCC y su Primer Secretario, sino el Comandante
en Jefe de las fuerzas armadas y jefe de la Junta Militar, junto a una
élite de generales, coroneles y comandantes que rodean al dictador, la
mayoría de los cuales no integra el Buró Político. La Junta Militar, que
no da la cara y opera tras bambalinas, es la que manda en Cuba.
Fidel y Raúl Castro han sido
los “hombres fuertes” no tanto por ser los jefes del PCC, sino los
jefes militares desde 1959. Siempre ambas posiciones han sido
ostentadas por una sola persona, hasta abril próximo. Y esa
será una incongruencia institucional que se presentará por primera
vez. Según la Constitución al Presidente del Consejo de
Estado le corresponde "desempeñar la Jefatura Suprema de todas
las instituciones armadas”.
El origen de tal desfase
fue que cuando en febrero de 1976 se promulgó la Constitución comunista
Fidel tenía 49 años y Raúl 44. Ambos sabían que por décadas uno de
ellos dos ocuparía simultáneamente la jefatura del PCC, del Estado,
de las FAR y de la Junta Militar. "Después ya veremos", pensaron.
Ese después ya llegó.
Ahora el comandante en jefe
de las FAR no será también el Primer Secretario del PCC, ni el
Presidente del país. De no hacerse antes una enmienda a la Constitución
el general Castro dejará de ser el Comandante Supremo de las FAR.
Claro, seguirá siendo el jefe de la Junta Militar y eso es lo que cuenta.
Fidel Castro nunca
aceptó —como en la URSS y otros países socialistas— que el Partido
Comunista estuviera por encima de los militares. Su vocación autoritaria
chocaba con ese principio marxista-leninista. Su hermano, que en
casi todo sigue a Fidel, tampoco lo acepta. Por eso el poder
político real radica en las fuerzas armadas y no en el
Estado, el gobierno, o el PCC. Este último como institución solo
cuenta como apéndice administrativo, ideológico, de control y
propaganda, y de represión política.
Sea quien sea el nuevo Jefe de Estado recibirá órdenes del dictador, el
vice-dictador José R. Machado Ventura (segundo secretario del PCC),
y de la Junta Militar. Y eso difícilmente cambiará mientras viva la
gerontocracia “histórica”.
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