sábado, 7 de abril de 2018

PLENO DEL COMITE CENTRAL DEL PCC: ENTRE BRUMAS Y REPETICIONES



"Es desperdiciar neuronas y tiempo elucubrar que cambios habrá..."

Fundación para los Derechos Humanos en Cuba. (FHRC)
Raúl Castro dejará la Presidencia sin cumplir casi nada de lo que prometió hace 12 años. Eso no se compadece con aquel maquillaje de "pragmático con excelencia administrativa" con el que la prensa y muchos gobiernos occidentales quisieron cubrir la inmoralidad de acomodar su dictadura. Ahora quieren vendernos al sucesor. Sea quien sea. 

            El PCC es constitucionalmente –lo que poco vale donde nadie la respeta la Ley Suprema del país– la máxima expresión formal del poder político. Pero cuando se reúnen sus órganos principales de dirección no se sienten obligados a rendir cuentas. Ignoran por completo a los gobernados. Solo publican ridículas notas que no dicen nada sustancial de lo aprobado. En Cuba los 11.2 millones de gobernados están al servicio de un puñado de gobernantes,  y no al revés como en el resto del mundo.
           Acaba de suceder otra vez. El V Pleno del PCC el Buró Político aprobó un informe sobre “los estudios para una futura reforma de la Constitución”. Lo único que informó el periódico  Granma varios días después, es que los futuros cambios (sin fecha) a la Constitución ratificarán el poder absoluto y el "carácter irrevocable" del socialismo. "Noticia" que ya fue publicada hace más de medio siglo.
           Es inevitable que los cubanos especulen. Pero, al final, por lo que dice Granma, sea quien sea el nuevo Presidente del país en abril, el dictador Castro II seguirá siendo el “número uno” del régimen, hasta 2021.
¿Habrá cambios?
             Es desperdiciar neuronas y tiempo elucubrar qué cambios habrá. Todos se basarán en la vieja táctica del gatopardismo: cambiarlo todo –mucho o poco– para que todo quede igual. 
¿Qué importancia tiene si separan el cargo de Presidente del Consejo de Estado y el de Presidente del Consejo de Ministros? Ninguna. Ambos puestos pertenecen a la jerarquía subalterna, la que no decide nada importante y solo administra (cada vez peor). O que importa si es para que Díaz-Canel (u otro agraciado) sea un nuevo Osvaldo Dorticós decorativo, y el jefe de gobierno sea otra vez un Primer Ministro. 
           Por lo demás, si bien en esa reunión el general Castro reconoció errores cometidos (nunca por él, sino por sus subordinados) en la “actualización” del modelo estalinista, y atrasos en su aplicación, al mismo tiempo dijo que "la situación es más favorable que hace algunos años".
El general no explicó cómo si hay atrasos y si se han paralizado o revertido las más importantes “reformas” raulistas, Venezuela arde, y el país retrasa sus obligaciones financieras con los acreedores, la situación es mejor que hace algunos años. 
         Además de congelar y dar marcha atrás a sus propias “reformas”, se va del gobierno dejando un legado de insolvencia de la renta nacional, creciente retraso tecnológico, mayores índices de pobreza y desigualdad y destrucción de los estándares mínimos de los servicios educacionales y médicos de los que se vanagloriaba su hermano. 

Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC)



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