sábado, 7 de abril de 2018

SER O NO SER LIBRE


"Rosa Maria Paya es la joven y muy articulada hija del asesinado activista democrático cubano Oswaldo Paya..."


Por José Azel.
Damos por sentado que todos los pueblos aspiran a ser libres, pero la idea de las libertades individuales no es universalmente aceptada.
Los creyentes de regímenes totalitarios y autoritarios en todo el mundo sostienen que un enfoque dictatorial para gobernar es moral, justo y necesario. Algunos ofrecen que una nación en desarrollo necesita una regla de hombre fuerte para promover efectivamente el crecimiento económico sin los agravantes de la democracia. Otros sienten que el gobierno autoritario es necesario para asegurar la ley y el orden. Otros abrazan monarquías, reinos u otras formas hereditarias de gobiernos para proteger las tradiciones y costumbres de su gente. Otros creen que su iglesia y gobierno son uno y lo mismo y que sus creencias religiosas están por encima de un deseo egoísta de libertad. Los marxistas sacrifican las libertades individuales en el altar del colectivismo.

Si esa es su elección bien informada, estos verdaderos creyentes en el gobierno permanente de partido único deberían ser libres para no ser liberados, preferiblemente en otro planeta. Pero, esto plantea la pregunta de cómo debería una sociedad decidir sobre su forma de gobierno. La respuesta dictatorial es aferrarse al poder indefinidamente como lo vemos en estados totalitarios como Corea del Norte y Cuba. La respuesta democrática, por supuesto, es mediante elecciones libres, justas, competitivas, multipartidistas y frecuentes.
Es por eso que el proyecto Cuba Decide Plebiscito, encabezado por Rosa María Payá Acevedo, fue una proposición tan refrescante después de casi seis décadas de gobierno de Castro en Cuba. Rosa María es la joven y muy articulada hija del asesinado activista democrático cubano Oswaldo Payá, ganador del prestigioso Premio Sájarov del Parlamento Europeo y cinco veces nominado para el Premio Nobel de la Paz. Rosa María, como presidenta de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, continúa con el trabajo de su padre para fomentar la democracia en esa trágica isla.
La iniciativa Cuba Decide Plebiscite propone responder por un voto "Sí" o "No" directo al pueblo cubano una pregunta básica, pero trascendental:
¿Está de acuerdo con la convocatoria de elecciones libres, justas y pluralistas, ejerciendo la libertad de expresión? y organizando libremente en partidos políticos y organizaciones sociales con total pluralidad?
Sería ingenuo esperar que el régimen de Castro acepte celebrar un plebiscito tan vinculante. Sin embargo, como mínimo, la promoción del plebiscito proporciona una herramienta estratégica para alentar un debate político y un diálogo público altamente focalizados, tanto en Cuba como en foros internacionales. Pone de relieve el hecho de que es la prerrogativa del pueblo, y nadie más, decidir su forma de gobierno.
Pocos estarían en desacuerdo con el postulado central de los plebiscitos de que los cubanos deben ser libres de decidir su futuro. Incluso los partidarios del régimen de Castro encontrarían ideológicamente difícil oponerse a presentar esta simple pregunta al pueblo cubano. La única forma intelectualmente honesta de protestar contra un plebiscito como el empoderamiento de las personas es argumentar que las personas no deberían tener voz en su futuro y argumentar que las dictaduras son la forma preferible de gobierno. No muchos líderes internacionales están dispuestos a declarar públicamente esa preferencia.
El Plebiscito Cuba Decide no es una plataforma política, sino una herramienta para iniciar el cambio si el pueblo cubano decide que el cambio está garantizado por un voto "Sí" que ofrece la posibilidad de alternativas. Un voto "No" legitimaría la regla permanente de partido único. De alguna manera, la idea del plebiscito ofrece a los líderes cubanos de los sucesores de Castro una forma elegante y aceptada de cambiar de rumbo o, como alternativa, buscar legitimar su gobierno de partido único. A medida que se desarrollen los acontecimientos en la Cuba post-Castro, la iniciativa liderada por los jóvenes de Cuba Decide Plebiscito puede convertirse en un componente clave de una transición legítima.
La libertad tiene consecuencias, no todas ellas útiles, pero es inmoral e injusto privar a la gente de su libertad como lo hacen los dictadores. Nuestro juicio racional es nuestro medio de vida básico. Si no podemos actuar de acuerdo con nuestro juicio libre, no podemos vivir plenamente como seres humanos. Y necesitamos libertad para actuar en nuestros juicios. Después de décadas de vidas sin libertad bajo el gobierno totalitario, el Plebiscito de Cuba Decide es una iniciativa dirigida por ciudadanos que fundamentalmente le pide al pueblo cubano una pregunta de juicio racional: ¿Quieres ser libre? "Sí" o "No." ¿Quién puede objetar tal pregunta? La respuesta debería iluminarnos a todos.

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