"El hombre no puede vivir de la historia, que es lo mismo que vivir del cuento; se necesitan bienes materiales, satisfacer su espiritualidad y de hecho poder mirar para el futuro..."
Por
Pedro Corzo.
Hace
21 años, julio de 1997, un grupo de cubanos hartos de las
injusticias de la dictadura castrista y del sectarismo ideológico impuesto
decidió emitir un comunicado crítico del quehacer gubernamental enfatizando
los graves perjuicios que tal actuación provocaba en el país.
Los
firmantes de La Patria es de Todos, Marta Beatriz Roque Cabello, René Gómez
Manzano, Vladimiro Roca y Félix Bonne Carcassés, fueron sancionados a entre
tres y cinco años de prisión por escribir, no publicar, un documento en el que
sin dictar conductas a seguir presentaba argumentos para que los potenciales
lectores reflexionaran sobre la realidad cubana.
Dice:
“El hombre no puede vivir de la historia, que es lo mismo que vivir del cuento;
se necesitan bienes materiales, satisfacer su espiritualidad y de hecho poder
mirar para el futuro con expectativas, pero además, un espacio que todos
conocemos como libertad”, para la dictadura este párrafo era un ataque a fondo
a sus propuestas y realizaciones.
Sin
dudas, el gobierno consideró como una proposición extremadamente
aberrante la definición de Patria de los escribientes,
porque acusaba al régimen de traicionar la noción de Patria al
vincularla fraudulentamente a la Revolución, el Socialismo y a la
Nación, mientras enfatizaban que la “Patria es de Todos” y no de una
facción en particular.
Para
desmentir la afirmación castrista de que José Martí es el autor intelectual del
Moncada y que sus postulados inspiran el concepto de partido único vigente en
Cuba, recurren a Punto V de las bases del Partido Revolucionario Cubano fundado
por el apóstol que dice, "el Partido Revolucionario Cubano no
tiene por objeto llevar a Cuba, una agrupación victoriosa que considere a la Isla
como su presa y dominio, sino preparar por cuantos medios eficaces le permite
la libertad del extranjero, la guerra que ha de hacer para el decoro y bien de
todos los cubanos, y entregar a todo el país la patria libre”.
Este
párrafo de Martí constituye uno de los ataques más riguroso a la propuesta
castrista de que la Patria es propiedad de la cúpula gobernante, una
reafirmación martiana de que la Patria es ara y no pedestal.
El
documento impugna al Partido Comunista por otorgarse la potestad constituyente
de aprobar la Carta Magna de 1976, incluyendo el Artículo 5, que proclama al
propio partido como la "fuerza dirigente superior de la sociedad y del
Estado", planteando que con esa apropiación el Partido y su
liderazgo quedaban en la merecida compañía de individuos y regímenes del
talante de Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, Trujillo, Pol Pot, Sadam Hussein,
y varios más.
Para
desmentir la predica de la dictadura de que la República había fracasado
recurre a estadísticas económicas que demuestran ampliamente que en
el periodo de 1902 a 1958 el país se situó entre las tres naciones más
avanzadas de Latinoamérica con indicadores en ocasiones superiores al de
algunas naciones europeas.
Para
desmontar el andamiaje de mentiras, medias verdades y la enfermiza manipulación
de la realidad del país, “La Patria es de Todos” destaca que la dictadura nunca
ha reconocido la abolición de la Enmienda Platt, el feroz ajuste de cuentas que
significaron los “juicios revolucionarios”, principalmente el juicio
a los pilotos después de haber sido absuelto en un proceso anterior y acusa a
la dirigencia revolucionaria de proponer a Moscú durante la Crisis de los
Misiles, octubre de 1962, asestar el primer golpe nuclear a Estados
Unidos.
Culpa
al liderazgo castrista de usar el pretexto de la Unidad nacional para tomar
acciones que han ocasionado al país grandes perjuicios con severas
consecuencias como el caos y la desestabilización, citando ejemplos
de pésimas decisiones económicas que han destruido la capacidad productiva de
la nación. Sobre las llamadas “misiones internacionalistas” apunta, que lo
único que significó para el pueblo fue la separación familiar, luto, dolor y
enfermedades.
Según
el escritor José Antonio Albertini no hay comparación posible entre el alegato
“La Historia me Absolverá” que certifica la visión mesiánica, sectaria e
intransigente de Fidel Castro, y “La Patria es de Todos” que
transpira ansias de justicia y tolerancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario