viernes, 8 de febrero de 2019

LOS CINCO VIAJES DE MARTI A CUBA


"Ya en la ciudad de Mexico, cinco meses después, planea un viaje clandestino a La Habana junto a su hermana Leonor para buscar al hijo de esta y traerlo al Distrito Federal..."

Por Santiago Cárdenas.
Luego de su primer destierro en España, el barco en que iba Martí a México para encontrarse con su familia, fondeó en el Muelle de la Luz en la Habana Vieja para una escala técnica de cuarenta y ocho horas, a media milla de su casa en la calle Paula.Desde allí contempló en silencio la iglesia del Angel, donde fue bautizado, a solo unas tres cuadras de distancia.
El capitán del “Mérida” le advirtió cortemente que no podía desembarcar y colocó vigilantes en la pasarela. Era el 31 de enero de 1876. Martí había cumplido 22 años tres días antes en alta mar.

Ya en la ciudad de México, cinco meses después, planea un viaje clandestino a la Habana junto a su hermana Leonor para buscar al hijo de ésta y traerlo al Distrito Federal. Se disfrazaron como trabajadores del carguero City of Havana, saliendo de Yucatán el 16 de mayo de 1876 para regresar al mismo puerto y en el mismo barco el 2 de junio. En la capital nadie le pidió documentación. En la aduana del Puerto Progreso, a su regreso, aparece en los registros: “J. Martí, Señora e Hijo” (su sobrino).
Poco después el 6 de enero de 1877, día de Reyes, arriba de nuevo a la Habana en el vapor Ebro, desde Yucatán, con pasaporte falso y sus segundos nombres y apellidos: Julián Pérez.El objetivo del viaje era entrevistarse con el padre adoptivo de su íntimo amigo desde la escuela primaria, el médico Fermín Valdés Domínguez que vivía en Industria y San Miguel.
El papá de Fermín era Don José Mariano Domínguez un acaudalado sacerdote guatemalteco radicado en Cuba. Le dió 200 pesos oro y cuatro cartas de recomendación, incluída una para el presidente de esa república centroamericana que había sido su alumno. El dinero fue utilizado para pagar el pasaje de la familia martiana de siete personas de regreso desde México a la Habana y comprarles una residencia en la capital.
EL VIAJE  TRAS EL PACTO DE ZANJON.
El 31 de agosto de 1878, seis meses después el Pacto de Zanjón, desembarcaron Pepe y Carmen, embarazada, en la Habana, luego de una travesía en el vapor Nueva Barcelona. Entraron legalmente acojiéndose a la amnistía que el General Arsenio Martínez Campos había decretado dos meses antes al asumir el cargo de Gobernador General.
Este cuarto viaje, es sin duda el más conocido de Martí, duró hasta el 25 de septiembre del año siguiente en que fue expulsado sin juicio ni proceso por segunda vez a España. En los trece meses de su estancia nació su hijo y trabajó en los bufetes de Nicolás Azcárate y en el de Viondi junto a Juan Gualberto Gómez, con quien conspiraba sin descanso. También ofreció, a los veintiseis años, sus conocidos discursos patrióticos - literarios que lo proyectaron como líder de la oposición anti española. Fueron, al menos tres memorables: El 28 de febrero de 1879, en el Liceo de Guanabacoa, ante el féretro del poeta Alfredo Toroella; el 26 de abril en el segundo piso de la Acera del Louvre a petición del homenajeado periodista Adolfo Márquez Sterling y al día siguiente, de nuevo en Guanabacoa, en el homenaje a Rafael Díaz Albertini que había ganado el primer premio de violín en el Conservatorio de París.
QUINTO Y ULTIMO  VIAJE.
Martí permanece en el Oriente cubano solamente cinco semanas desde su desembarco el 11 de abril de 1895 en Playitas de Cajobabo hasta su muerte en Boca de los Dos Ríos el 19 de mayo. Las peripecias de éste, su último viaje, han sido muy divulgadas.
En este 28 de enero de 2019; 166 aniversario el nacimiento de José Martí.
Escrito en su memoria y homenaje.



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