sábado, 30 de marzo de 2019

PARECIDO ENTRE PELOSI Y BALBOA Y OTROS ACONTECIMIENTO

"Pelosi parece que sabe algo mas que su repugnante mania de chuparse la lengua en público..."
Hugo J. Byrne
 Pregunta: ¿En qué se asemejan Vasco Núñez de Balboa y Nancy Pelosi? Respuesta: Ambos descubrieron el Océano Pacífico. Balboa, en el siglo XVI y Pelosi el 11 de marzo pasado. Semejanza no es ser idéntico, sino parecido. Porque el explorador portugués al escalar una montaña en lo que es hoy California, realmente fue el primer europeo en ver ese inmenso caudal de agua, que inspirado en Dios sabe qué, bautizara como "Pacífico". Por supuesto, Balboa nada sabía sobre tifones y tsunamis. Sin duda el Pacífico es el menos pacífico de todos los océanos.
 En el caso de Pelosi estoy solamente usando una metáfora del idioma que se aplica a quienes de repente admiten comprender lo que ha sido obvio todo el tiempo para todos aquellos con algo de materia gris dentro del cráneo. Aunque en el caso de Pelosi quizás eso no sea del todo justo. Hace falta algo de cacumen para engañar a tantos votantes, aunque estos por fuerza, sean aún más limitados que la Vocera de la Cámara. Pelosi es bastante bruta, pero de vez en cuando se percata de sus limitaciones, o alguien en su entorno se lo recuerda.  
 Pelosi parece que sabe algo más que su repugnante manía de chuparse la lengua en público. Dado el pasado infame proceder de Pelosi, su preocupación por la "unidad nacional" resulta muy extemporánea y de tan risible, grotesca.
 Me refiero a sus declaraciones de ayer sobre no intentar procedimientos parlamentarios para expulsar al Presidente Trump ("impeachment"). Debe de haber una razón importante para este cambio súbito. A todas luces tiene mucho que ver con la casi interminable investigación de Robert Müller, quien parece aburrido de no encontrar evidencias de nexos ilegales entre el Ejecutivo de Estados Unidos y los bandoleros del Kremlin y de quien se presume estar a punto de dar fin a la susodicha investigación. Esa pesquisa ha resultado en diversas acusaciones contra varios colaboradores y ex colaboradores del presidente. Algunas serias, pero ninguna demostrando complicidad rusa con el ejecutivo para impedir la elección de Hilary Clinton. Lo más sospechoso del caso es la oportunidad.  
 Por otra parte, las acusaciones de un grupo "radical y violento" agrediendo físicamente al comediante Jussie Smollett ya son consideradas por la policía local una burda invención delictiva. Después que los detalles de la investigación policial se dieran a la publicidad, el Gran Jurado del Condado de Cook County acusó al comediante de conspiración al simular una agresión contra su persona. Las violaciones criminales que alcanzan nivel de felonía (delito que requiere juicio por jurados) son nada menos que 16.
 De acuerdo al Gran Jurado, Smollett pagó a dos cómplices $3500.00 para cometer la fechoría. Esa noticia fue anunciada por el reportero local, Charlie Del Mar, de CBS. Los cómplices son dos hermanos hampones de aspecto patibulario y de la raza negra llamados Ola y Abel Osundairo. Aparentemente el mulatico marica les pagó con un cheque, el que ahora está en manos de la justicia. ¿Se concibe un acto criminal más estúpido?
 Aunque se desconoce a ciencia cierta cuáles fueron los motivos de Smollett, el indicio más significativo es que los supuestos "agresores" estaban disfrazados como supremacistas blancos (para lo que llevaban sendas máscaras pasamontañas, por razones obvias) y uno de ellos portaba un sombrero rojo con el lema "MAGA" ("Make América Great Again").  De acuerdo a lo descrito en los medios sobre las declaraciones iniciales de Smollett, el comediante afirmó "que los agresores lo injuriaban con epítetos racistas". De acuerdo a las autoridades los golpes y arañazos son tan superficiales que aparentan ser hechos por la presunta "víctima".
 Para terminar este ligero análisis de los acontecimientos recientes, vámonos a los predios del adiposo ganapán que aún se aferra al poder en Miraflores. Parecen ponerse de moda de nuevo ciertas comparaciones muy superficiales entre Cuba, el Archipiélago mayor de este continente y Venezuela, país continental y muy diferente a Cuba.
 La diferencia entre estas dos naciones no se reduce a un distinto acento Castellano. Venezuela cuenta en exceso de 900,000 kilómetros cuadrados de superficie y con 34 millones de habitantes. En extensión territorial Cuba cabe en Venezuela casi nueve veces. En población Venezuela triplica a Cuba. Venezuela cuenta con una topografía muy abrupta y Cuba tiene elevaciones de importancia sólo en el centro y los extremos de una isla larga y estrecha. El resto del país es plano.
 Ambas naciones tenían algo en común en 1959: sus economías dependían de una sola producción. Cuba, hasta que se derrumbara la República, contaba con un segundo renglón en su economía que subía como la espuma: la industria de la construcción. Todas las proyecciones apuntaban a que esa importante industria, ya superando con creces a la agropecuaria, superaría  también a la azucarera en menos de una década.
 Cuando el antropomorfo llanero fuera electo presidente de Venezuela en el pasado siglo, la tendencia a la productividad de un solo renglón aumentó enormemente. Los venezolanos creían que con el petróleo tenían al diablo agarrado por las barbas. El surgimiento del Cartel del petróleo iniciado en el medio oriente, atemperó esas ínfulas quizás en un adarme. Hay solo una noticia favorable en medio de todo este ambiente turbulento: tanto el Secretario de Estado Pompeo, como el Asesor presidencial en política exterior han acusado a La Habana de constituir el real poder en Miraflores. No conozco a Pompeo en persona, pero sí a Bolton. Coincidimos en el aeropuerto de Washington en 2012. Regresábamos a casa de unas breves vacaciones en el este y él, quien entonces era comentarista de Fox News, a su trabajo en New York. Aparte de ser comunicativo y accesible, Bolton tiene un conocimiento profundo de los problemas continentales y convicciones sobre las únicas soluciones posibles. Con Bolton: "what you see is what you get". Bolton es un aliado firme en nuestra lucha.


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