martes, 9 de febrero de 2016

ANECDOTARIO DE VIEJAS LEYENDAS CUBANAS

La mano del negro
A cargo de René León historiador y poeta.

 Según cuenta la historia desde que llegaron a la Isla de Cuba, los primeros negros esclavos en 1533 fueron llevados a Santiago de Cuba, 300 de ellos. Cinco años después ocurrió la primera sedición de esclavos en el área de Santiago de Cuba. Años después en otros diferentes lugares de Cuba hubo sediciones de esclavos. Cerca de Trinidad se encontraba el ingenio “Manacas Armenteros” su propietario D. Juan Bautista Armenteros, Diputado en las Cortes. Dicho ingenio se encontraba en la zona conocida como “Valle de los Ingenios”. Una de las regiones más rica de Cuba  en aquel entonces. Los esclavos de este ingenio eran tratados bien, pero siempre había un inconforme, y uno de ellos lo fue Juan Armenteros; negro grande, valiente y fornido. Condición que le creo gran poder entre sus seguidores

El Día de Reyes del año 38, sería recordado por los vecinos de Trinidad. Los esclavos celebraban sus fiestas típicas. Tocaban atabales, fotutos,  marimbas y marugas. Bailaban a la manera de la región de donde habían sido traídos.
Los sublevados bebieron ron de azúcar de caña, se volvieron locos. Formaron grupos armados con machetes, hachas y cuanto le servía de arma. Salieron del batey dando comienzo a la primera rebelión negra en la zona de Trinidad. A los esclavos que no se le unieron fueron asesinados por ellos. Al temido Mayoral del ingenio, le fueron arriba, pero este en su caballo se alejó pudiendo salvar la vida. Se dirigieron a la hacienda de Juan Fernández Muyaguara, donde mataron a los esclavos que no se les unieron. Esclavos de otras dotaciones se fueron uniendo a ellos. Fueron al ingenio “Boca Chica”, dieron muerte al contra-mayoral y  un hijo suyo. Dieron candela a los cañaverales, mataron los perros. Un grupo de ellos fue al ingenio “Sitio Adentro” dando muerte al mayoral.
La rebelión llegó a Sancti-Spíritus, matando y destruyendo todo lo que había a su paso. El jefe de ellos Juan Armenteros pregonaba la muerte de los blancos y esclavos que eran fieles a ellos. Se internaron en las montañas cercanas a Trinidad, formando en ellas palenques.
Las familias blancas de la zona y grupos de trinitarios formaron partidas en busca de ellos, los guajiros fueron su mejor ayuda en poder encontrarlos. Llevando perros feroces que los esclavos temían, amaestrados, y tropas veteranas. Se dirigieron al Palenque de “La Ceiba”, perseguidos los esclavos por los perros, fueron capturados la mayor parte de ellos.
La “Comisión Militar” que fue creada por el gobernador Vives, el 4 de marzo de 1825, les aplicó un castigo ejemplar. Otra conspiración se preparaba, al saberlo el Brigadier D. Pedro Carrillo Albornoz gobernador militar de Trinidad, se preparó para hacerle frente. Dicha conspiración estaban comprometidos esclavos del “Valle de los Ingenios” y esclavos de Trinidad. Fueron detenidos todas las personas envueltas. Dicha revuelta se iba a realizar cuando daba comienzo la procesión del “Viernes Santo”. Iban a participar varios cientos de esclavos. La idea de ellos era dar candela a la entrada de Trinidad y la salida de ella. Los principales jefes fueron detenidos.
En la sabana al Este de la ciudad de Trinidad por donde se iba al “Camino de los Ingenios”, fue la ejecución de los principales esclavos de los ingenios. Fueron llevados otros esclavos a presenciar dicha ejecución  como ejemplo de lo que les esperaba en un futuro, y ver a los cabecillas pagar con su vida.
Juan José  Armenteros y Bartolo Baltazar, fueron condenados a la horca y después se le cercenó la cabeza siendo expuesta en un árbol en el barrio de “Las Chanzonetas”. Se le mutilaron las manos y se mostraron a los habitantes y en especial a los esclavos. Desde esa fecha hasta el día de hoy se le llama al camino “De la Mano del Negro”.

 

 

 

2 comentarios:

  1. Muy buena esta historia como todas las que escribe el señor León. Estas historias le dan mas prestigio a Enfoque. La publicación muy buena con interesantes noticias siempre.


    Barbara Gonzalez
    Tampa

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  2. Hoy,6 de marzo de 2016,mientras se podía recorrer el valioso y continuamente enriquecedor tesoro de las colaboraciones periodísticas que van engrosando las diferentes secciones de ENFOQUE3,en su fondo musical se podía escuchar -transmitido por las ondas de Radio Cuba Libre Internacional- el sonsonete melódico de "Quiquiribú mandinga", que incluye una de las muchas señas de identidad de la personalidad mestiza de la nacionalidad cubana.
    Su origen quedó reflejado en la edición de "La Opinión de Tenerife" del 13 de febrero de 2013,donde el Sr. Elfidio Alonso, miembro de su Consejo Edtorial, publicó un artículo esclarecedor, en el que apuntaba que "La negra Tomasa es sólo el personaje central de una célebre canción cubana, compuesta por el santiaguero Guillermo Rodríguez Rife. Un músico de los que podríamos considerar como menor, aunque –como el burro flautista de la fábula– llegase a alcanzar el éxito con una sola canción, que aún sigue gozando de una extraordinaria popularidad.
    Esa es la historia de la negra Tomasa, como personaje querido y admirado en el Carnaval palmero. Veamos los versos que compuso Guillermo Rodríguez y que llegó a cantar como miembro del Trío Azul, junto a Enrique Vals y Rosendo Ruiz Suárez:
    "Estoy tan enamorado / de la negra Tomasa, / que cuando se va de casa / triste me pongo (bis). Esa negra linda / que me echó bilongo... / Na´má que me gusta la comida / que ella me pone; / na´má que me gusta la café / que ella me cuela (bis). / Esa negra linda / que me echó bilongo. / Quiquiribú, Mandinga, / quiquiribú, Mandinga (bis)".
    A través de ENFOQUE3, así, no solamente se expande el acervo por escrito a disposición de sus lectores sino el gráfico y el radiofónico, que -junto con el televisual- completan el bagaje intelectual de la humanidad de los siglos XX y XXI.

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