viernes, 31 de agosto de 2018

LOS PODERES DUROS Y BLANDO, DOS TIPOS DE HERRAMIENTA


"Cuba, desde su Revolución Cubana, ha ejercido el poder duro y blando en todo el mundo desproporcionadamente en exceso de sus recursos y capacidades..."

Por José Azel Ph.D

Los poderes duros y blandos son dos tipos de herramientas de política exterior que las naciones usan para ejercer influencia en sus relaciones con otros países. El poder duro, la herramienta y medida predominante del poder de una nación, implica el uso de la influencia militar y económica para influir en el comportamiento político de otras naciones. El poder duro es un enfoque coercitivo de las relaciones internacionales que Joseph Nye, profesor de la Universidad de Harvard, describe como "la capacidad de usar las zanahorias y el poder económico y militar para que otros sigan tu voluntad".

El poder duro depende de la cantidad y calidad de los recursos de un país: su población, territorio, fuerza militar, poder económico y recursos naturales. El poder duro se centra en la amenaza o el uso de la fuerza, o medios económicos para alcanzar objetivos políticos.
Por el contrario, el poder blando, un término acuñado por el profesor Nye, denota la capacidad de dar forma a las preferencias de otras naciones a través del atractivo cooperativo en lugar de la coacción. El poder blando se basa en afinidades en cultura, política, valores o política exterior. Según Nye, "un país puede obtener los resultados que quiere en la política mundial porque otros países, admirando sus valores, emulando su ejemplo, aspirando a su nivel de prosperidad y apertura, quieren seguirlo".
Cuba, desde su Revolución Cubana de 1959, ha ejercido el poder duro y blando en todo el mundo desproporcionadamente en exceso de sus recursos y capacidades.
En los años 60, 70 y 80, con el apoyo de la Unión Soviética, Cuba exportó su marca de revolución militar en todo el mundo en desarrollo para fomentar y ayudar a los levantamientos marxistas.
 Ya en 1961, Cuba introdujo asesores militares en África, y en 1965 el Che Guevara fue enviado a entrenar y dirigir una insurgencia en el Congo. El levantamiento fracasó, pero dos años después, Guevara estuvo nuevamente activo en Bolivia, donde fue capturado y ejecutado.
Los elementos cubanos también estuvieron involucrados en la Guerra de Vietnam según los informes con un batallón de ingeniería que mantuvo una importante línea de suministro enemigo en Vietnam del Sur. Brutales interrogadores cubanos también trabajaron en las prisiones de Hanoi.
Los militares cubanos también se unieron a Siria y Egipto en su sorpresiva invasión de Israel en 1973. El gobierno de Castro envió 4.000 tropas de combate junto con elementos de tanques para luchar contra Israel.
En 1975, Cuba lanzó una intervención militar a gran escala en apoyo del Movimiento Popular para la Liberación de Angola con más de 25,000 tropas.
En 1977, los Castros enviaron 15,000 tropas cubanas junto con vehículos blindados y artillería para ayudar al partido gobernante de Etiopía en su conflicto con Somalia por la disputada región de Ogaden.
Las tropas cubanas intervinieron en Angola una vez más en 1988. Esta vez los niveles de las tropas llegaron a 55,000 e incluyeron los cazabombarderos MIG-23 con las fuerzas cubanas combatiendo a las fuerzas sudafricanas en intensos combates convencionales.
A esto podemos agregar extensas incursiones de operativos cubanos en el Caribe y América Latina y el actual despliegue masivo de personal cubano en Venezuela.
Para apreciar completamente la desproporcionalidad de este uso del poder duro, considere a qué costo Cuba, con una población de once millones y un PBI per cápita en el puesto 100 en el ranking mundial, ha mantenido este nivel de intervencionismo militar durante seis décadas. Como referencia, se calcula que la invasión de Irak por parte de los Estados Unidos en el 2003, que consta de 21 días de grandes operaciones de combate, le ha costado a la economía de los EE. UU. Más de dos billones de dólares.
  Pero el aspecto más extraño de la política exterior de Cuba es su proyección altamente exitosa del poder blando que continúa hasta nuestros días.
Cuba presenta una ideología desacreditada y una economía en bancarrota. La revolución cubana transformó, en 1958, uno de los países más prósperos de América Latina, en un estado disfuncional enormemente represivo y empobrecido, de donde huyó el 20% de la población. Según el informe "Freedom in the World", Cuba obtiene puntajes en las categorías peores de los derechos políticos y las libertades civiles. El régimen no posee ninguna de las virtudes del poder blando. Socioeconómicamente, Cuba no ofrece nada para emular, admirar o aspirar. Cuba desacreditada no debería poder ejercer ningún poder blando.
Y, sin embargo, constantemente somos testigos del apoyo al gobierno cubano en los foros internacionales y de la adulación nauseabunda e incomprensible de los líderes mundiales hacia los líderes cubanos. Esta perversión es sobre el único éxito de la Revolución cubana.

2 comentarios:

  1. Las u'nicas explicacioesn racionales, en mi estima, son a) admiracio'n a la actitud de Cuba de enfretamiento a los muy envidiados USA, y b) el irracional fanatismo al desacreditado socialismo de muchos de los lideres globales. Felicidades y gracias por detacar esto. Cheers,

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    1. Buen punto y añado es una,forma barata de desafiar a los EE.UU. No acarrea consecuencias el apoyar a un David desarrapado frente a un Goliath próspero Y se da rienda suelta a la envidia.

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