sábado, 23 de marzo de 2019

DUEÑOS DE UN DESTINO INCIERTO


"..como manifestó Carl Jung : 'Aquello a lo que te resistes persiste y lo que aceptas te transforma..."

Lola Benítez Molina Málaga (España)
Viaje nocturno de holas marchitas. El silencio, a veces necesario, hoy me azota, y un rugir de circunstancias sobrevuela mi inocencia rota.
Las sonrisas ya no acarician al viento y afloran de las lágrimas negras. El fuego hace crepitar el alma. Tal vez suene a lo lejos, acompasada y trémula, con melodías del ayer, la nostalgia. Ese destino incierto quiebra la mirada y rehúsa aquellos días.
No se puede entender esa ausencia que mata. ¿Hasta dónde puede llegar el engaño de una sugerente voz? La duda no tiene cabida y esas lágrimas negras florecen.
William Faulkner, en su novela “Las palmeras salvajes” diría: Entre el dolor y la nada prefiero el dolor”. Es una frase hiriente, pero llena de sentido.
Somos dueños de nuestro destino hasta cierto punto, diría yo, y como manifestó Carl Jung: “Aquello a lo que te resistes persiste y lo que aceptas te transforma” o “Yo soy lo que elegí ser”.

Al hablar del famoso Carl Jung me viene a la memoria el nombre de la que sería su amante, Sabina Spielrein (1885-1942), psiquiatra y psicoanalista rusa de origen judío, nacida en Rostov. Perteneciente a una clase social alta y dotada de gran inteligencia e inquietud, aventajada a su tiempo, su infancia se caracterizó por su rebeldía ante un padre excesivamente autoritario, lo que le ocasionaría problemas de afectividad. A los diecinueve años sus padres la enviaron a Zurich para ser tratada, por Carl Gustav Jung, médico psiquiatra y ensayista suizo, de un cuadro depresivo. Después se convertiría en su alumna, colaboradora y amante. Tras su dolorosa ruptura, se casaría con un médico ruso, también de ascendencia judía, Pavel Scheftel, con el que tuvo a sus dos hijas. Más tarde se marchó a vivir a Moscú, donde ejerció como psicoanalista hasta que los estalinistas se lo prohibieron y regresó a su Rostov natal, donde fue fusilada junto a sus dos hijas por un Comando de las SS.
Posteriormente, a su muerte sería publicada la correspondencia que mantuvo tanto con Jung como con Freud. Una vida apasionante y trágica, que quiero rescatar del olvido, aunque sea por breves instantes, una vida complicada pero llevada con valentía.
Todas las vidas son fascinantes y encierran un destino y un dolor.




2 comentarios:

  1. En esta reflexión en torno al humanista suizo Carl Jung (1875-1961), la escritora Dolores Benítez Molina capta la atención del lector con una deliciosa prosa poética del significado raigal del discurso jungiano en un tema árido, lo que logra con el dominio de un vocabulario de gratas sonoridades, que acierta a persuadirnos de que al Destino no cabe rechazar a ultranza,sin que entrañe su aceptación pasiva sino su enfrentamiento en la medida de la voluntad y de las fuerzas humanas.
    Por eso, la escritora cuyo comentario glosamos deja constancia de su pensamiento de que “Somos dueños de nuestro destino hasta cierto punto”.
    Esta conclusión a la que llega la novelista y ensayista malagueña resalta, como entendía Jung, la prevalencia de los derechos individuales de cada ser humano frente al Estado,ya que la dependencia infantiloide respecto del “Papá-Estado” implica considerarle como "una cuasi personalidad viva de la que todo se espera" aunque "en realidad no es más que un camuflaje de aquellos individuos que saben cómo manipularlo",actitud con la que se consagra al Estado como una forma de esclavitud.
    En un plano más cotidiano, la indigencia de carácter y la infundada atribución de responsabilidad que algunas personas hacen en el Estado están retratadas en el siguiente comentario “Que venga papá estado” del Jefe de Opinión del diario valenciano “Las Provincias”, en la edición del 10 de enero de 2018: “…ha pasado casi desapercibido el incidente de un grupo de jóvenes que se subió a la montaña en Asturias, en plena nevada, sin equipo ni ropa de abrigo («en camisa y playeros», reconocieron), y cuando se quedaron atrapados llamaron al 112 para que fueran a rescatarlos. Memorable es el diálogo que mantiene uno de ellos con el telefonista del servicio de emergencias, que le pone en su sitio...ante lo cual recibe la ya clásica amenaza: «yo te digo que esto voy a llevarlo a los tribunales, lo que estáis haciendo». Es decir, uno decide libremente subirse al Angliru, un puerto de montaña de difícil acceso cuando nieva, y lo hace sin el equipamiento adecuado...pero eso sí, si hay problemas entonces que venga papá Estado a sacarnos...Dicho de otra forma: con el dinero público -que no crece espontáneamente entre los árboles sino que sale de los impuestos de los ciudadanos- hay que pagar el capricho de unos zoquetes que se creen con derecho a todo y sin obligaciones de nada.”(https://www.lasprovincias.es/comunitat/opinion/opinion-pablo-salazar-venga-papa-estado-20180110104440-nt.html).
    Hilo argumental despertado por Lola Benítez Molina que nos conduce a recordar que Jung comentó a mediados de los años ’30 del siglo XX –frente al Juggernaut o monstruo nazi-fascista que levantaba cabeza en Alemania e Italia pero también en Austria,y al totalitarismo soviético- que "el Estado dictatorial tiene, frente a la razón del ciudadano, la ventaja de que ha absorbido también sus fuerzas religiosas. El Estado ha pasado a ocupar el puesto de Dios", equiparándose a una religión en la que "la esclavitud estatal es un forma de adoración" y en donde los "actos escenificados del estado" eran comparables a demostraciones religiosas: "Las marchas musicales, las banderas, las pancartas, los desfiles y las concentraciones de proporciones monstruosas no se diferencian en principio de las procesiones rogativas, los disparos de cañón y los fuegos artificiales para expulsar a los demonios". Como observó Jung, esta sustitución de Dios por el Estado en una sociedad de masas llevó a la dislocación de la unidad religiosa y dio como resultado el mismo fanatismo de la iglesia-estado de la Edad Media, en el que cuanto más "adorado" es el Estado, más libertad y moralidad son suprimidas.
    ¡Todo un aviso para navegantes, que no ha perdido actualidad! Y que Lola Benítez Molina contribuye, con su acertado comentario, a mantener en la palestra de las ideas.


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  2. Lola un aplauso.....Roberto tu eres el y yo más para ti el limón



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