miércoles, 13 de abril de 2016

CUBA NIEGA SU RESPONSABILIDAD:

 

 LOS SERES HUMANOS FRENTE A LOS MOSQUITOS

El siguiente artículo expone la opinión de su autor y no necesariamente las opiniones del Instituto de Estudios Cubanos y cubano-americano o el Proyecto de Transición de Cuba.

 
 
 
 
 
  Usando una metáfora de la guerra para exterminar a los mosquitos, Cuba muestra la arrogancia de los líderes cubanos cuando se trata de la salud pública como un simbolismo del poder del Estado. La bravuconería de salvar al mundo de los peligrosos mosquitos enemigos, el régimen utiliza un caché de artillería de salud pública para convencer a otros de que son un líder mundial en la prevención de la propagación de enfermedades infecciosas, como el virus Zika.
              La movilización de 9.000 efectivos militares –armados con equipos de fumigación y equipos de protección para luchar contra estos mosquitos amenazantes – presenta la imagen perfecta de la salud pública que proyectan los hermanos Castro. Si bien este enfoque bélico alcanza su campaña de relaciones públicas, lo hace mucho menos para los beneficios de salud pública sostenibles en la estela de abandono para reconstruir su infraestructura en ruinas. A partir de la década de 1900, el éxito de la era de la salud pública de Cuba, mucho antes de la Revolución cubana, se basaba en la voluntad política para mejorar la vivienda, el agua y los sistemas de saneamiento.

          Dicha infraestructura no se esperaba que durase casi un siglo y cubriera las necesidades de los 11 millones de personas hoy en día. Desde la Revolución, el gobierno cubano ha manipulado sus medidas de salud para proyectar una sensación de bienestar de las personas y el Estado. Sin embargo, en la fachada se ha expuesto cada vez más. Negligencia continua del régimen del sistema de salud, sobre todo desde el fin de los subsidios soviéticos, se convertido en un juego de suma cero de los seres humanos frente a los mosquitos, al menos que se realicen las inversiones necesarias. Igual de importante es la conexión entre el aumento de la población de mosquitos y el cambio climático, los desastres naturales, la urbanización y el aumento de la globalización, que es por eso que ahora, más que nunca, una infraestructura robusta es necesaria. 

             La paradoja, por supuesto, es que el gobierno cubano culpar a las víctimas, a sus ciudadanos, por la proliferación de los pequeños chupasangre "terroristas", y llamando a la acción enérgica contra los individuos, familias y comunidades que no cumplan con la actual campaña para eliminar los vectores que provocan miedo de la enfermedad. Tal vez la falta de recolección de basura en el país es la creación de un entorno de cultivo ideal para los francotiradores peligrosos y merece más responsabilidad del gobierno. Sin embargo, Cuba todavía culpa a los EE.UU. por sus continuos brotes de la fiebre del dengue. En julio de 1981, Fidel Castro afirmó los EE.UU. emprendió una guerra bacteriológica que causa la fiebre del dengue, así como plagas tanto a los cultivos de tabaco y azúcar. 
        Tan recientemente como en febrero de 2016, el gobierno cubano apoya la posición de que los EE.UU. (intencionalmente) introdujo el dengue y la forma hemorrágica más letal en Cuba. El régimen, recogiendo donde lo dejó, culpa a otros de la propagación de enfermedades dentro de Cuba. Es evidente que la globalización de las enfermedades infecciosas, así como el terrorismo, se ha convertido en la realidad del siglo. Sin embargo, Cuba es rápida para culpar a los viajeros, por los brotes de la enfermedad dentro de su país. La realidad es que el peligro de brigadas médicas, que trabajan en países con pocos recursos, aumenta el riesgo de traer enfermedades a casa. 
            El gobierno cubano lanza ávidamente sus médicos y enfermeras al extranjero desde África hasta América Latina y el Caribe. Sin embargo, no pasemos por alto que este intercambio global proporciona un capital significativo para el gobierno cubano y les hace propaganda como diplomáticos de salud notables. Los dólares del gobierno tomado de sus trabajadores de la salud mal compensados, que a menudo trabajan en condiciones peligrosas, se podrían utilizar para invertir en la infraestructura deficiente. Culpar a los EE.UU. y el embargo de todos sus problemas sociales y de salud ha sido durante mucho tiempo el estándar del régimen de Castro. 
               Esto ocurre mientras que la población se ve obligada a buscar agua potable para almacenar, y evitar la filtración de aguas residuales, por tuberías rotas, tapar agujeros o viven en estructuras improvisadas en descomposición, por no mencionar el abandono de la recolección de basura. Todos ellos proporcionan un ambiente ideal para el mosquito "terroristas", que se sabe transmiten la fiebre amarilla, el dengue, el chikungunya (CHIKV) y el virus Zika. Esta es la realidad de Cuba con la continua propagación del dengue y ahora Zika, mientras que el gobierno niega casos de CHIKV. Sin embargo, la evidencia científica ofrece una historia diferente. Sólo con el turista japonés que pasó 11 días en Cuba hace poco sólo para volver a casa enfermo y con un diagnóstico de CHIKV. La movilización de la acción militar en contra de estos pequeños en armas "terroristas", los Aedes aegypti o Aedes albopictus mosquitos, apoya la solución del gobierno a un público problema de salud, en lugar de proporcionar el derecho básico de agua potable accesible, el saneamiento y la carcasa de protección, los hermanos Castro siguen culpando a los EE.UU. de la guerra biológica, mientras que al mismo tiempo se niegan los derechos humanos fundamentales a sus ciudadanos. 
            El tratamiento de los mosquitos como un "terrorista" sólo sirve para perseguir el vector de reproducción de un refugio a otro, al igual que lo haría con otros terroristas despiadados, si no se hacen nuevas estrategias y compromisos. Cuba debe dejar de culpar a los Estados Unidos; dejar de culpar a sus ciudadanos; dejar de culpar a los viajeros, y demostrar que si quieren participar con todo el mundo respondiendo primero a los factores subyacentes que les dan el campo de batalla de los seres humanos frente a los mosquitos. Tanto la seguridad y los derechos de sus ciudadanos dependen de esto mientras que la culpa es de ellos.

* Sherri L. Porcelana enseña la salud mundial en los asuntos mundiales en la Universidad de Miami y Académico Senior de Investigación del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano -American
 

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