viernes, 16 de noviembre de 2018

EL ELEFANTE NEGRO DE CUBA


"En este momento, la expectativa de un levantamiento popular en Cuba es poco probable..."

Por José Azel. Ph. D.


Un "elefante negro", como lo describió el columnista del New York Times, Thomas Friedman, es "un cruce entre un cisne negro  –un evento imprevisto, raro y de baja probabilidad con enormes ramificaciones– y el elefante en la habitación: un problema que es ampliamente visible para todo el mundo, sin embargo, nadie lo quiere abordar, aunque sabemos absolutamente que algún día tendrá consecuencias enormes, como un cisne negro”. Para mí, el término“elefante negro”describe adecuadamente los desafíos para una transición democrática en Cuba Después de seis décadas de gobierno totalitario.

Al contemplar el futuro de Cuba, en términos de una genuina transición del gobierno totalitario a la gobernabilidad democrática, muchos observadores perciben una especie de levantamiento popular no muy diferente a la ola revolucionaria de la Primavera Árabe que comenzó con la Revolución tunecina de 2010. Ese movimiento de violentos y no violentos Las manifestaciones, protestas, disturbios, golpes e intervenciones extranjeras se propagaron rápidamente a Libia, Egipto, Siria, Bahrein y otros lugares de la región. Desafortunadamente, las esperanzas de que los movimientos de la primavera árabe resultaran en una mayor participación democrática resultaron infundadas. A partir de este 2018, solo el levantamiento en Túnez ha dado lugar a una transición hacia la gobernabilidad democrática.
En este momento, la expectativa de un levantamiento popular en Cuba es tan poco probable como una metáfora negra para un evento que está más allá del ámbito de las expectativas normales. El término se basa en un antiguo dicho que presumiblemente no existía cisnes negros, y se usaba a menudo como una declaración de imposibilidad. Cuando se descubrieron los cisnes negros en Australia en 1697, el término tomó el significado de una imposibilidad percibida que podría luego demostrarse. Esperemos que este sea el caso cubano.
Pero, una razón por la que teorizo ​​que un levantamiento popular en Cuba es improbable se deriva de la fisonomía política de la población cubana actual: su elefante en la habitación, una alegoría de un tema controvertido o emocional, que aunque obvio para todos, se ignora deliberadamente porque La discusión abierta causará vergüenza o tristeza. El lenguaje también implica que el problema no se resolverá solo.
El elefante de Cuba en la habitación es su "incivilidad". Incivilidad es un término general para el comportamiento social que carece de virtud cívica. El déficit de las virtudes cívicas de Cuba se ha desarrollado como resultado de décadas de gobierno totalitario. Los atributos que constituyen la virtud cívica son una preocupación de la ciencia política, pero, en esencia, por virtud cívica nos referimos a los hábitos de vida personales que son críticos para el éxito de una nación como la tolerancia, la bondad, el respeto, la humildad, la gratitud, el honor, la industria. , coraje, fidelidad, y más.
Los indicadores sociales como los índices de matrimonio y divorcio, los hogares monoparentales, la abstinencia entre los adolescentes, los índices de aborto, la asistencia religiosa, etc., suelen ser utilizados por los científicos sociales para medir la cultura cívica de una población. Esta cultura cívica refleja las creencias fundamentales que dan forma a cómo vivimos nuestras vidas y cómo consideramos nuestros deberes cívicos. Es la "ecología moral" (el término de Michael Novak) lo que determina si una sociedad libre prospera o se destruye a sí misma. Hay una escasez de datos sociales cubanos confiables, pero lo que está disponible no habla bien de la cultura cívica actual de Cuba.
Jorge Luis Borges, en referencia a sus compatriotas, comentó una vez que “el argentino tiende a carecer de una cultura moral, no de intelectual; le preocupa menos que lo vean como inmoral en lugar de tonto. La deshonestidad, como sabemos, disfruta de la veneración de todos, se llama criolla sabio criolla ”. Del mismo modo, entre los cubanos esta actitud de criolla que viveza, que ignora las reglas y busca lagunas, es casi una fuente de orgullo nacional.
El éxito de una república libre depende de las virtudes cívicas de la ciudadanía y, en consecuencia, la virtud cívica se convirtió en la brújula moral de los fundadores de los Estados Unidos. John Adams lo expresó de esta manera: "La virtud pública no puede existir en una Nación sin Virtud privada, y la Virtud pública es la única Fundación de Repúblicas". Y James Madison declaró: "Suponer que cualquier forma de gobierno asegurará la libertad o la felicidad sin ninguna La virtud en la gente es una idea quimérica”.
Esta falta de virtud cívica es el elefante negro de Cuba que pisa dolorosamente en mi corazón cubano.

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