Por Santiago Cárdenas
Seis años después de ser electo Papa, el Cardenal
Ferrati, ahora Pio IX proclamo en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción
de la Virgen María. En sus propias palabras: basado más en
sentimientos ancestrales de la iglesia universal, como pueblo de
Dios, que en evidencias o estudios teológicos.
La iglesia católica paso, de un día a otro, de ser
una iglesia devocional a una iglesia dogmatica, que no es poca cosa. No se
trata desde entonces de una devoción de sacristía, más o menos sentida, hacia
la llena de gracia, sino de la imposición ante la cristiandad de un
punto de vista, digamos que “católico” universal, que lo aceptas o
lo aceptas. En peligro te encuentras de ser excomulgado
y/o condenado, si lo contradices.