José M. Izquierdo E-Mail
josemizquierdo@hotmail.com
La crisis en Siria y la guerra contra
el terrorismo islámico, ha tomado un camino diferente después de los atentados
del viernes trece de noviembre en Francia. Al igual que el derribo de las
torres gemelas en new york un 9/11, marcó un antes y un después para los EEUU,
también para Francia, Europa y el mundo occidental, esta masacre cambio la
manera de ver el terrorismo y entender el verdadero peligro que representan los
terroristas islámicos, todos se sienten amenazados y algunos “descreídos”, se
han convencido que los terroristas son un peligro real y poderoso, que no se
puede seguir ignorando.
Los atentados en Francia también han
tocado la puerta a la campaña para la presidencia de los EEUU, precisamente
porque son los EEUU uno de los países más amenazados por los terroristas y este
tema, es muy sensible para todos los estadounidenses. Los precandidatos que
aspiran ser un día presidentes de esta nación, tienen la obligación de abordar
el tema y aclarar sus posiciones. Unos lo hacen con cuidado de no dañar su
imagen pública y ser, “Políticamente Correctos”, otros quieren quedar bien con
Dios y con el Diablo y eso es imposible y otros, son más pragmáticos, aunque
siguen siendo radicales.
No se trata de decir lo que la gente
quiere oír, quedar bien con un partido o una ideología, el peligro es real y se
requieren decisiones responsables, justas y ante todo, decisiones que
garanticen la seguridad de la nación y sus ciudadanos, y esa premisa está por
encima de toda opinión personal, partidista o ideológica.
Hillary Clinton, dice que se debe
tener mucho cuidado y hay que vetar a gente, pero que los EEUU “No puede cerrar
las puertas a personas necesitadas, sin debilitarse como sociedad”. Estas
palabras no definen posición ante el problema. Jeb Bush es aún más incoherente, dice que EEUU no debería permitir la
entrada de refugiados si existe algún tipo de preocupación. Por supuesto
que hay preocupaciones, y muchas.Ben Carson por su parte, fue a otro extremo, se trabo en una analogía donde
comparó a los refugiados Sirios con perros rabiosos, en medio de un debate
sobre si el gobierno, debe o no continuar con el proyecto de recibir a
exiliados sirios. Donald Trump, que ha hecho del tema de
la inmigración el centro de su campaña política, mantiene su posición radical
sobre la inmigración ilegal, y los refugiados Sirios. Marcos Rubio y Ted Cruz, mantienen posiciones
similares muy cercanas al radicalismo de Trump, pero con
más elegancia y pragmatismo.
Las personas que huyen del infierno
bélico desatado en Siria y zonas aledañas, necesitan ayuda, esa es la posición
humana. Pero, permitir que entren en masa a cualquier país de Europa o EEUU,
lleva implícito el peligro real que en ese grupo se infiltren elementos
terroristas. Eso ya sucedió en Francia y puede volver a pasar en cualquier país
que los acepte. No está a disposición de nadie, un mecanismo confiable para
filtrar a los refugiados que huyen de las zonas en conflicto.
La solución ideal es lograr la paz en la
zona y destruir o neutralizar los grupos terroristas para que la vida en esa
región vuelva a la normalidad, pero no existe la voluntad necesaria para eso.
Sin embargo, existen soluciones paralelas. Estos refugiados pueden ser ubicados
en países vecinos o crear zonas de exclusión en la región, en tal caso, podrían
ser apoyados económicamente por los países occidentales, sería además mucho más
seguro y barato para todos.
Sabemos que los refugiados Sirios no
tienen interés de vivir en ningún país Árabe de la región, prefieren ir a los
países de occidente, en especial a Europa y EEUU, pero las consecuencias de esta
descontrolada inmigración de personas con hábitos, creencias religiosas y
fanatismo extremo, no es compatible con el modo de vida occidental y ya hemos
visto en la práctica, los problemas que han causado en todos los países que
cuentan con números considerables de musulmanes.
La solución del problema no está a la
vuelta de la esquina, no es sencilla y mucho menos fácil. Los planes de algunos
candidatos a la presidencia son irrealizables, populistas y otros infantiles.
Pero es hora de dejar atrás el romanticismo, la politiquería y el radicalismo
extremo. Hay que ser ante todo humano, pero siempre pensar primero en los
intereses y la seguridad de nuestra nación y los estadounidenses, sin dejar
nunca de ayudar de alguna forma a quien lo necesita.
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