UN NUEVO ESTUDIO AFIRMA QUE EL COLONIZADOR NO CONTAGIO AL VIEJO MUNDO DE LA SÍFILIS, PUES YA EXISTÍA CON ANTERIORIDAD
Han tenido que pasar aproximadamente 520 años (más de medio milenio) desde
que Cristóbal Colón regresó de explorar las Américas para que se
rompa finalmente la teoría de que sus marineros fueron los que propagaron por Europa la sífilis. Una enfermedad que,
aparentemente, no se conocía en los antiguos países cristianos. Y todo gracias a un
grupo de expertos de la Universidad Médica de Viena que, tras meses de
investigación, han determinado en un nuevo estudio que esta dolencia ya se había desarrollado en el Viejo Mundo mucho
antes de que el navegante volviese del otro lado del Atlántico.
Esta conclusión fue dada a conocer el pasado 18 de noviembre en
una investigación llamada «A probable case of congenital syphilis from pre-Columbian
Austria». Publicada en la revista científica «Anthropologischer
Anzeiger», el estudio ha sido liderado por la paleontóloga Johanna Sophia Gaul y
ha contado con la colaboración de sus colegas, Karl Grossschmidt, Christian
Gusenbauer y Fabian Kanz. En esencia, estos expertos dicen haber descubierto
que los restos de un austríaco (fechados en el siglo XIV) ya mostraban síntomas de padecer sífilis.
«En el estudio examinamos los restos óseos de un subadulto austríaco datado en
época precolombina […] Los defectos dentales de sus muelas y caninos sugieren
un diagnóstico de sífilis congénita», explican.
Una teoría fallida
Los investigadores creen que, basándose en los restos, es
imposible que la sífilis llegase a Europa de manos de Colón y sus marineros en
las sucesivas idas y venidas de las Américas que protagonizaron desde 1493:
«Nuestros hallazgos ofrecen evidencias para contrarrestar el supuesto de que la
sífilis la trajo la tripulación de Colón del Nuevo al Viejo Mundo». Por el
contrario, afirman que el primer caso de esta enfermedad de transmisión sexual (o
el más antiguo conocido hasta la fecha) sería el del esqueleto que acaban de
analizar, y cuyos restos -encontrados en la ciudad de Sankt Polten- se remontan al año 1.320 d.C.
Hasta ahora, por el contrario, se consideraba que el primer caso
de sífilis se había sucedido en Europa
en 1495, tres años después del primer viaje de Colón. Desde entonces, la
enfermedad fue todo un dolor de cabeza para los europeos, pues producía erupciones cutáneas, problemas de corazón, dificultades cerebrovasculares, demencia, parálisis y, finalmente, la
muerte. Toda una «maldición americana» que se llevó consigo a miles de personas
y contra la que, incluso, se siguió combatiendo en la Segunda Guerra Mundial debido a la ingente
cantidad de bajas que causaba.
A día de hoy, existen tres teorías sobre el posible contagio de la
sífilis en Europa. La primera (y más apoyada) es la de que vino de la mano de
Colón y sus hombres. La segunda es la que afirma que nació con la llegada a
Europa de los esclavos
africanos que traían a cientos los buques españoles y
portugueses a la Península. Finalmente, la tercera asume que el síndrome se
desarrolló en ambos lugares, aunque con algunos años de diferencia. Con todo, a
día de hoy siguen siendo conjeturas, pues el origen definitivo sigue siendo un
enigma.
El esqueleto analizado fue hallado en 2011 en la catedral de
Pölten y ha sido analizado por el Centro de Anatomía y Biología Celular de
Viena. Apodado STP 7315/3045,
los expertos encontraron varios rasgos que identifican que el sujeto había
padecido la sífilis. Entre ellos, destaca que sus dientes (molares e incisivos)
cuentan con una serie de muescas que solo pudieron ser provocadas por la
dolencia. A día de hoy, se sabe que el individuo estudiado tenía entre seis y
ocho años de edad y que vivió entre los años 13020 y 1390.
La investigación realizada en los huesos de ese hombre demuestra que la enfermedad en Europa estaba propagada, y no como se decia que fue llevada del Nuevo Mundo. No hay que romperse la cabeza, la promiscuidad que habφa en Europa en todas las naciones, de hermano casado con una familiar primo (a( , teniendo sexo con diferentes mujeres no importaba si eran limpias o sucias. Hay que verlo en la monarquía, cuantos salieron enfermos, o sus hijos o hijas. No importaba, era acostarse con Sansón Melena. Esa teoría nunca se guiso investigar, era mejor echarle la culpa, a la población indígena de este continente
ResponderEliminarEl comentario anterior fue escrito por René León. Se me olvido poner mi nombre. Lo siento
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