jueves, 9 de febrero de 2017

LAS REMESAS A CUBA: UN ESCARNIO PARA EL EXILIO

LAS REMESAS A CUBA; UN ESCARNIO PARA EL EXILIO.

Por Santiago Cárdenas MD.
Dicen las estadísticas, siempre veleidosas, que tres mil o seis mil millones. Da lo mismo. Debería ser: ni un  kilo prieto. Que el exilio envíe frívolamente desde condones a botes de recreo para ayudar a la "familia" y... a la familia extendida incluyendo entenados, es algo  insólito e inmoral. La ayuda, a la chita callando, se contabiliza a la par de los ingresos por  níckel, el turismo o el petróleo  como fuentes de infusión  en divisas a la involución cubana. A la larga o a la corta el dinero se utilizará en más desastre económico y más represión, lo  que pone muy en duda el llamado "patriotismo " del exilio cubano.
Claro está una campaña contra las remesas –opción "cero "– aunque pueda dar el jaque mate, no es simpática; no da ratings, ni  da votos. Dado el aburguesamiento  del  exilio light    el de desayunos y conferencias vespertinas, el que conocemos, habría que invertir millones en una campaña publicitaria para lograr lo que resulta evidente; lo que deberíamos hacer espontáneamente: nada de remesas para la isla y esto sin dilación.
       Claro está, es mejor apoyar el bloqueo y otras  políticas asépticas por el estilo,  pa' que otros nos saquen las castañas del fuego  que tomar el toro por los cuernos. Ir a conguear frente al Versalles, resulta indoloro y pintoresco, mientras hacemos un giro postal al doblar de la calle 8  para mantener a chulos y militantes en la isla (que esto último el obamismo también lo ha  autorizado desde el pasado mes de octubre). Que poca dignidad. Que paripé.
         Un  balón de ensayo  exhortando a cero remesas fue publicado un día al  azar por Santiago Cárdenas en Face Book. Eran solamente unas cuantas palabras. Al momento llegaron decenas de réplicas e insultos .El común denominador era que: "quieren matar a Mami de hambre" y cosas por el estilo.
       ¡Imagínense qué  cosas y qué  estilo!; Y con qué vehemencia y prontitud. Claro está que de morirse de hambre es precisamente de lo que estamos tratando. Pero  el que puede matar de hambre no es el exilio; es la dictadura. Lo mío es hipotético; lo de ellos es real.
    Cuando la política de tierra arrasada del ejército mambí en el 95 le vinieron a dar las quejas al general Máximo Gómez: "No me vengan a llorar por unos cuantas cañas quemadas, cuando lo que  está en juego es la libertad de Cuba“; ésa  fue la respuesta de Chino Viejo”.

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