sábado, 20 de enero de 2018

CUBA NO NECESITA UN CLON DE CASTRO

"Mogherini: el totalitarismo es malo para Europa, no para Cuba..."




La socialista italiana Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea, afirmó en La Habana que ese bloque regional quiere aumentar las operaciones económicas con Cuba. Mogherini dijo: “Frente a los que levantan muros y cierran puertas, nosotros los europeos queremos tender puentes…” (con el régimen que tiraniza a los cubanos desde 1959). Cabe preguntarse si ella habría mostrado tanto entusiasmo por tender puentes y tanta felicidad como la mostrada en las fotos tomadas en Cuba si su contrapartida hubiese sido Augusto Pinochet en Chile o Frederik de Klerk en África del Sur.
          Mientras la militante socialista europea arribaba a la isla, una entidad independiente de derechos humanos informaba que en 2017 hubo en Cuba 5,155 arrestos por motivos políticos, con palizas incluidas. También ese día esbirros del Ministerio del Interior detenían a la líder nacional de las Damas de Blanco, Berta Soler.

       Como si no hubiese ya suficientes evidencias para convencer a un europeo de que una parte de la población cubana es perseguida y discriminada por su credo político, se agregaron la pasada semana nuevas regulaciones migratorias. Esta vez para despojar a los hijos de cubanos nacidos en el exterior de su derecho constitucional a la ciudadanía en aquellos casos en que sus padres profesen ideas contrarias al régimen de La Habana.

          La conclusión es obvia: para la Sra. Mogherini un régimen totalitario monopartidista quizás sea inaceptable en Europa, pero resulta tolerable en el llamado tercer mundo, sobre todo si dice ser progresista y anti estadounidense.
            Muy oportuno resultó el contundente editorial del diario The Washington Post cuyo título por sí mismo fue elocuente: Cuba no necesita un clon de Castro”. El influyente diario hizo un recuento de brutales violaciones de los derechos humanos por parte de la dictadura castrista, y destacó que lo que necesitan los cubanos es tener la oportunidad genuina para decidir su propio futuro”. Por ser un editorial del Post, esa denuncia llegó a todos los rincones del planeta, coincidiendo con las fotogénicas sonrisas dispensadas por la Sra. Mogherini a los dictadores cubanos. Vergüenza ajena.

Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC)



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