domingo, 7 de enero de 2018

UN DIA EN LA HISTORIA DE CUBA

"Es aqui que el profeta habla de los cubanos..."



 


This Day in Cuban History… “January 2008”



 Estimado amigo/a:

Hace unos años circuló por Miami un artículo, “He aquí que el profeta habla de los cubanos”.  A continuación, le enviamos el artículo.
Aunque nunca se supo oficialmente su autor, muchos sospecharon que fue Luis Aguilar León, distinguido profesor y escritor.  Hoy en el aniversario de su muerte lo recordamos con cariño y aprecio publicando “el profeta”.
                                                                                             Jaime Suchlicki, Director

HE AQUI QUE EL PROFETA HABLA DE LOS CUBANOS
Desde una roca en el puerto, El Profeta contemplaba la blanca vela de la nave que a su tierra natal habría de llevarlo.  Una mezcla de tristeza y alegría inundaba su alma.  Por nueve años sus sabias y amorosas palabras se habían derramado sobre la población.  Su amor lo ataba a esa gente.  Pero el deber lo llamaba a su patria.  Había llegado la hora de partir. Atenuábase su melancolía pensando que sus perdurables consejos llenarían el vacío de su ausencia.
Entonces un político de Elmira se le acercó y le dijo: Maestro, háblanos de los cubanos.
El profeta recogió en un puño su alba túnica y dijo:
“Los cubanos están entre vosotros, pero no son de vosotros.  No intentéis conocerlos porque su alma vive en el mundo impenetrable del dualismo.  Los cubanos beben de una misma copa la alegría y la amargura.  Hacen música de su llanto y se ríen con su música.  Los cubanos toman en serio los chistes y hacen de todo lo serio un chiste.  Y ellos mismos no se conocen”.
“Nunca subestiméis a los cubanos.  El brazo derecho de San Pedro es un cubano, y el mejor consejero del Diablo también es cubano.  Cuba no ha dado ni un santo ni un hereje.  Pero los cubanos pontifican entres los heréticos, y heretizan entre los santos.  Su espíritu es universal e irreverente.  Los cubanos creen en el catolicismo, en Chango, en la charada, y en los horóscopos al propio tiempo.  Tratan a los dioses de tu y se burlan de los ritos religiosos.  No creen en nadie y creen en todo. Y ni renuncian a sus ilusiones ni aprenden de las desilusiones”.
“No discutáis con ellos jamás.  Los cubanos nacen con sabiduría inmanente.  No necesitan leer, todo lo saben.  No necesitan viajar, todo lo han visto.  Los cubanos son el pueblo elegido….  de ellos mismos. Y se pasean entre los demás pueblos como el espíritu se pasea sobre las aguas”.
“Los cubanos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia, y en grupo por su gritería y apasionamiento.  Cada uno de ellos lleva la chispa del genio, y los genios no se llevan bien entre sí.  De ahí que reunir a los cubanos es fácil, unirlos imposible.  Un cubano es capaz de lograr todo en este mundo, menos conseguir el aplauso de otros cubanos”.
“No les habléis de lógica.  La lógica implica razonamiento y mesura, y los cubanos son hiperbólicos y desmesurados.  Si os invitan a comer, os invitan no al mejor restaurante del pueblo, sino al mejor restaurante del mundo.  Cuando discuten, no dicen: “No estoy de acuerdo con usted”, dicen: “Usted está completa y absolutamente equivocado”.  Tienen una tendencia antropofágica: “se la comió” es una expresión de admiración; “comerse un cable” es señal de una situación crítica; y llamarle a alguien “comemierda” es su más usual y lacerante insulto.  Tienen, también, voluntad piro maníaca, ser “la candela” es ser cumbre. Y aman tanto la contradicción que llaman a las mujeres hermosas “monstruo” y a los eruditos “bárbaros”, y cuando acceden a un favor no dicen sí, sino dicen “sí, como que no”.
“Los cubanos intuyen las soluciones aún antes de conocer los problemas.  De ahí que para ellos “nunca hay problema”.  Cuando visité su isla me admiraba el hecho de que cualquier cubano sabía cómo liquidar el comunismo, enderezar a la American Latina, eliminar el hambre en África, y enseñar a los Estados Unidos a ser potencia mundial.  Cuando quise predicarles mis ideas, empezaron por demostrarme lo que yo tenía que hacer para llegar a ser un buen predicador. Y se asombran de que los demás no entiendan cuán sencillas y evidentes son sus fórmulas.  Así, viven entre ustedes y no acaban de entender por qué ustedes todavía no hablan español”.
“Había llegado ya la nave al muelle.  Alrededor del Profeta se unía la multitud transida de dolor.  El Profeta tornase hacia ella como queriendo hablar, pero la emoción le ahogaba la voz.  Hubo un largo minuto de conmovido silencio.  Entonces se oyó la imprecación del timonel de la nave: “Decídase mi hermano, dese un sabanazo y súbase ya, que ando con el schedule retrasao”.  El Profeta se volvió hacia la multitud, hizo un gesto de resignación y lentamente abordó la cubierta.  Acto seguido, el timonel cubano puso proa al horizonte.”

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