Ramiro Gómez Barrueco
Ex preso político. Empresario. Ingeniero
Civil.
Consecuentemente aumentará exponencialmente el costo del mismo, ahora necesitará mayor cimentación para soportar mayor carga y paredes más anchas para evitar una esbeltez mucho más expuesta al fallo estructural, especialmente ante vientos y sismos. Una ruta crítica ideal indica que la ejecución del proyecto duraría mucho más de tres años. Parajes inhóspitos; corrupción inevitable. Mayor gobierno, más gastos.
Donald dice que
le impondrá un impuesto de 35% a los productos Mejicanos; por lo tanto el muro
no lo pagará Méjico sino los consumidores norteamericanos. El daño que pueda
recibir Méjico al disminuir sus exportaciones es un bumerang inmediato que
dañara nuestra economía. Méjico es el segundo mercado más importante de nuestras exportaciones:
unos 600 billones anuales. Menos dinero, menos compras.
La segunda fantasía favorita de Donald es la
deportación de 12 millones de inmigrantes ilegales en dos años. 500,000
deportaciones mensuales, casi 17,000 diarias. Una deportación requiere
investigación, localización, organizar y legalizar la detención, detención,
cárcel, trámite de aceptación y traslado al país destinado. ¿No existirán
opciones más económicas, éticas y sensatas a esta problemática?
La guerra económica, declarada fundamentalmente a países de América Latina y de Asia, conduciría a cercenar mercados y provocaría una ralentización económica trascendental en USA. Su obsoleta política proteccionista es madre del clientelismo político y de la corrupción económica. Produce inflación automática y aumento considerable del costo de la vida. Donald es, aparentemente, un gran negociante pero un pésimo economista. Critica a sus oponentes por no tener dinero ni negocios, lo cual no es un pecado sino una virtud, porque demuestra que ellos son políticos profesionales consecuentes. Donald ha tenido cuatro bancarrotas económicas y sus oponentes ninguna bancarrota política hasta el momento. ¿Cuál trayectoria es más confiable?
Trump se jacta de haber comprado a casi todos los políticos para obtener privilegios, dice que ahora no tendrá que hacerlo. ¿Significará esto que ahora corruptor y corrupto son una misma persona? ¿Existirá alguna esperanza de que su presidencia no sea la más corrupta de la historia de USA y tal vez de la historia de la humanidad?
Todos los analistas se sorprenden del voto sustancial otorgado a Trump, cuando comenzó a romper todos los records de barrabasadas, desde el primer minuto del primer debate. La respuesta evidente está en el apoyo masivo de todas las organizaciones y elementos racistas que promueven el poder blanco contra negros, latinos y otras etnias. A sus fanáticos no los motiva la racionalidad sino la emotividad del mesías de la esperanza blanca. Sobran antecedentes históricos de los resultados que acarrean a un país los populistas nacionalistas racistas.
Lo más triste es observar como los que van a ser perjudicados, humillados y discriminados, condenados a priori por sus apellidos, lo apoyan a ultranza, especialmente algunos cubanos que ya han sido víctimas de uno de estos bribones. Soslayan lo que significa para Trump el retorno de la grandeza de América. Significa que se colgarán otra vez los letreros con los que fuimos recibidos los cubanos en este exilio:
NO BLACKS. NO DOGS. NO CUBANS.
Aunque algunos consideran esto imposible, lo atípico de las acciones del señor Trump, parecen destinadas a fortalecer al partido opositor, esto si es realmente el otro partido opositor, opositor al señor Trump.
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