DON SINDULFO Y LA CRISIS REPUBLICANA

DON SINDULFO VINAGRETA

Discutía el director de Enfoque 3 con Adam Dehoy, su redactor en jefe, sobre el contenido del periódico, cuando Sindulfo irrumpió sorpresivamente en la refrigerada habitación. Les extrañó, pues Sindulfo siempre tocaba a la puerta y no entraba hasta que no se lo indicaran. Pero esta vez no fue así, y el director comprendió que algo molestaba al experimentado periodista investigativo.
 ¿Qué ocurre don Sindulfo?  …le veo preocupado y ansioso.

– Y lo estoy

– Pero ¿Qué ocurre para que usted, tan acostumbrado a lidiar con graves crisis y otros problemas luzca tan consternado?

– ¿No está usted al tanto de los debates del partido republicano?

– ¡Sí!  Lo estoy… y es muy lamentable, pero… ¿qué podemos hacer?

– Nosotros quizás nada, pero el político Raúl Martínez, Saladriga el comerciante , Amandi el encuestador, y otros líderes demócrata si están haciendo algo, de momento organizan una fiesta, donde dicen que estarán invitando a la crema y nata del liberalismo local del partido demócrata y aspiran a que venga hasta la propia Hilary. Se rumora que Inmundo García, ira como periodista y reportará el evento para el noticiero de la televisión cubana. Hay también la intención de otros invitados, que irían como periodistas locales, y no como demócratas, para no poner en evidencia  su falta de objetividad y simpatía con la campaña de la señora Clinton.

–Pero… ¿y quienes serian…lo sabe usted?

–Sí, algo sé, he logrado escuchar algunas conversaciones, durante un almuerzo en un exquisito restaurante de Coral Gables, a donde pude entrar sin ser detectado...
 

– ¿Y cómo es que no lo detectaron?

– Bueno ingrese al restaurante y logre llegar a la mesa disfrazado de copa de vino.

– Es usted tremendo don Sindulfo… pero es lógico que estos señores quieran celebrar la crisis dentro del partido opositor, y no veo que eso sea lo suficiente impresionante como para provocarle tanta angustia. Usted ha estado en situaciones mucho más peligrosas y de mucha más enjundia.

–Sí. Ciertamente, pero lo que me tiene así es ver que hasta Marquito ha descendido en los debates, y se ha dejado arrastrar a los niveles de vulgaridad del señor Trump. Yo nunca espere ser testigo de semejante campaña política. No sé como los republicanos podrán salir de este hueco en que han caído. Yo recuerdo que los republicanos siempre habían lucido como más elegantes y correcto, que los del otro partido, pero ahora todo ha cambiado.

– Si, es lamentable, porque los que pierden son la credibilidad y respeto al sistema político y la sociedad en conjunto, más allá de un partido u otro, pues ambos siempre se habían parecido bastante y habían respetado ciertos límites… ¡Por cierto!... quiero recordarle que nuestro contrato le obliga a tener para nuestra publicación, al menos un reportaje mensual, y todavía no me ha llegado el de este mes…

–Sí, es cierto. Y no lo olvido, solo que este asunto de los debates, me ha superado, incluso más que el saber que mi salario en Enfoque 3 es menor que lo que pagan en Mira tv.

– No diga usted eso, recuerde que le prometimos pagarle más que lo que cobra el presidente del Fan Club de Silvio Rodríguez en Miami… 

– ¿Y quién es ese, que yo no lo conozco?  –inquirió don Sindulfo.

– ¡Pero cómo! ¿No sabe usted que Jorge Dávila Miguel está organizando el fan club de Silvio Rodríguez en Miami?

– ¡Sí! Algo sabía, supe que estuvo planteándoselo a Roberto Rodríguez Tejera, pero este no le apoyó… al menos por el momento.

– ¿Pero cree usted que lo haría?

– ¡No…! Espero que no.

–Bueno no se me vaya por las ramas. ¿Está usted trabajando en un nuevo reportaje? ¿O no?

– Sí, estoy interesado en el revolú formado entre los periodistas cubanos en el exilio. Bueno mas bien, de algunos periodistas.

– Si, sin dudas otro tema lamentable… pero no creo que lo suficiente para tenerle a usted en ese estado de ánimo, y con ese aspecto. –Sindulfo venía con una gruesa bufanda de lana rodeándole el cuello– ¿está usted acatarrado?  –le preguntó el director.

– ¡No! Es el frio, la temperatura ha bajado a 60 grados.

– ¡Pero don Sindulfo, eso no es frio...  Usted ha vivido en el Tibet, durante mucho tiempo y ese es un lugar mucho más frio. ¿Cómo lograba usted sobrevivir allí?

–Abrigado por el calor que brotaba del conocimiento que nos brindaba la sabiduría  del Dalai Lama.

–Bueno, si usted lo dice. ¿…? Pero aquí no tenemos al Dalai Lama, lo más cercano con que contamos es el Papa Francisco, pero este no genera ningún calor, al no ser el que produce la Ira de los que le escuchan criticar el sistema capitalista y apoyar al régimen de los  hermanos castros en Cuba.

– Si, es evidente la gran antinomia…

– ¿Que palabra es esa?  –Le interrumpió el director–. No la había escuchado antes. ¿Qué significa?

– ¡Paradoja jefe, paradoja! Sus discursos muestran una gran contradicción entre la justicia y las inclinaciones políticas, que él como hombre, pueda tener. De los Papas, siempre se espera más compasión y compromiso con los oprimidos, pero este….

–Bien don Sindulfo;  vaya a preparar su nuevo  reportaje, que sus lectores están ansiosos por  disfrutarlos.

– Muy bien jefe.