martes, 10 de enero de 2017

LA SUPREMA IMPORTANCIA DE LOS COLEGIOS ELECTORALES

La suprema importancia de los Colegios Electorales**
Por, Pedro Roig*

La sorpresa fue monumental. Las encuestas y los medios de prensa anticipaban el triunfo de Hillary Clinton, pero el amanecer del 9 de noviembre llegó con la inesperada noticia de que Donald Trump había ganado los Colegios Electorales y la presidencia de los Estados Unidos.
La muralla demócrata de los Estados de Pensilvania, Wisconsin y Michigan se había derrumbado pulverizando la esperada victoria de Clinton. La mayoría de los votos de los Colegios Electorales le dieron el triunfo a Donald Trump.
Estos resultados han reabierto un intenso debate sobre la razón de existir de los Colegios Electorales, que algunos consideran obsoletos y antidemocráticos. Por segunda vez en 16 años, el candidato con más votos (Clinton – 2.8 millones) a nivel nacional perdió con el ganador de los votos en los Colegios Electorales (Trump 306 votos – Clinton 232 votos). En el 2000, Al Gore ganó el voto nacional por medio millón y perdió los Colegios Electorales que dieron la presidencia a George W. Bush.
En tensos debates, los Padres Fundadores conciliaron los recelos de los Estados limitando en la Constitución los poderes del presidente y del gobierno central, protegiendo al mismo tiempo el equilibrio político que garantizara los derechos de los Estados, más pequeños y menos poblados.

 ¿Por qué existen los Colegios Electorales? La respuesta está íntimamente unida a la creación de los Estados Unidos como República Federal codificados en la Constitución de 1787, ratificada 11 años después de la Declaración de Independencia y vigente hasta el día de hoy (230 años). Extraordinaria obra de jurisprudencia constitucional presidida por George Washington que determinó la porción de poder que cada Estado cedía al proyecto de crear una viable y eficaz Unión federal.
 El difícil tránsito que entregaba una amplia cuota de la soberanía de los Estados al gobierno federal fue obra de excepcional importancia. Este proceso que tenía a James Madison y Alexander Hamilton como campeones del federalismo, era controversial dado que prominentes delegados de la Convención Constituyente temían crear un gobierno central que desembocara en una dictadura. Para lograr la unión de los 13 Estados independiente fue necesario eliminar esta desconfianza.
 En tensos debates, los Padres Fundadores conciliaron los recelos de los Estados limitando en la Constitución los poderes del presidente y del gobierno central, protegiendo al mismo tiempo el equilibrio político que garantizara los derechos de los Estados, más pequeños y menos poblados.
 La solución fue objetiva y genial. Se estableció la división de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En cada Estado se votaría por los candidatos presidenciales creando los Colegios Electorales que tendrían un número de electores igual al número de congresistas más los dos senadores. De esta forma los Estados con mayor población tendrían mayor número de congresistas y electores. Los ciudadanos votaban en su estado y el ganador recibía todos los votos del Colegio Electoral de su Estado. Brillante solución en la que los votos de un estado pequeño podían decidir el resultado de una elección; preservando la importancia política de todos los Estados, grandes y pequeños.
 Además, para evitar el peligroso control legislativo que pudieran alcanzar los grandes Estados, se acordó que el senado tendría dos senadores por cada Estado. Así fue como los Colegios Electorales y el número limitado de senadores por cada Estado (2 senadores) resultaron ser factores esenciales de equilibrio de poder entre los Estados, asegurando el singular éxito de los Padres Fundadores en la creación de un poderoso gobierno central, regulado por las leyes de la Constitución y sus posteriores enmiendas.
 La Constitución de los Estados Unidos de América fue ratificada por el voto directo de los 13 Estados fundadores. Nacida sin títulos de nobleza, ni límites para el éxito individual, en el sistema capitalista, la joven República era una reivindicación de la cultura inglesa, madre y maestra, incluyendo una categórica reafirmación del derecho ciudadano a la libertad individual y a la propiedad privada.
Estados Unidos se forjó en el marco de las leyes dadas y protegidas por la Constitución y la pragmática tradición británica despojada de las delirantes y feroces doctrinas ideológicas que como el anarquismo, el nazismo y el marxismo azotaron en distintas épocas, la convivencia política y social de Europa hasta la caída del muro de Berlín en 1989.
Así nació, con sus Colegios Electorales y 2 senadores por cada estado, lo que llegaría a ser, con sus terribles injusticias, como la esclavitud, corregidas con voluntad heroica, la nación más próspera, poderosa y libre de la historia.
 **Este artículo fue anteriormente publicado en El Nuevo Herald el 7 de enero del 2017.
*Pedro Roig es asesor Senior del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Historiador y abogado, es autor de varios libros y es veterano de la Brigada 2506.
 
 
 
 
 

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