Por J.A. Albertini.
Me despertó el teléfono. Eran las tres de la mañana, enero 1ro, 1959. El día antes no habíamos salido a celebrar el fin de año porque la situación política de Cuba era muy tensa. Medio dormido levanté el auricular: Hola, contesté. Del otro lado me gritaron: Oye, Batista se fue...
Con párrafo tan sugerente comienza el libro Mis seis guerras, obra autobiográfica y testimonial (Alexandria Library) que con prosa ágil y amena; ampliamente documentada e ilustrada con fotografías de apoyo, recoge la vida del autor, haciendo énfasis en la segunda mitad del siglo XX y las luchas que a partir de la toma del poder, en Cuba, por el castro-comunismo se desataron en Centro y Sur América implicando, en ocasiones, a los Estados Unidos.
Eduardo A. Palmer, nació en Santiago de las Vegas,
provincia de la Habana. En 1952 se graduó de abogado en la Universidad
capitalina y aunque no dejó de ejercer como letrado sus sueños e ímpetus
juveniles lo condujeron, en compañía de
conocedores del medio, a fundar Cuban
Color Film Corporation, productora de comerciales publicitarios y
documentales para cine y televisión, al mismo tiempo que generaban el noticiero
Cubacolor, el cual se exhibía en los
cines de Cuba.
A partir del 1ro de enero de 1959, la vida de Eduardo A.
Palmer dio un giro brusco e inesperado que alteró por completo, como la de
todos los cubanos, su mundo personal y familiar.
Respondiendo a su olfato de periodista y documentalista
integró y dirigió a un grupo de camarógrafos y reporteros para filmar y narrar,
paso a paso, el arribo de la llamada Revolución Cubana. La entrada a la Habana
de los comandantes insurgentes Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos, al mando de
sus tropas, así como declaraciones de funcionarios del régimen depuesto y
revolucionarios entusiastas, fueron captados por el lente y el audio de Cubacolor.
El 3 de enero Palmer viaja a Santiago de Cuba para cubrir
la trayectoria de Fidel Castro rumbo a la capital, pero al ser informado que el
Líder del Movimiento 26 de julio había partido, horas antes, para Camagüey,
viaja a la capital agramontina, no sin antes entrevistar al Dr. Manuel Urrutia
Lleó, nuevo presidente de la República.
Ya en Camagüey se une a la comitiva triunfante y sin
dejar de registrar las incidencias del viaje el 8 de enero, junto a Fidel
Castro, llega a la ciudad de la Habana. Producto de aquellos días llenos de
promesas y esperanzas Eduardo A. Palmer y el equipo de realizadores, entre
otros trabajos, hacen un documental de gran valor histórico que se tituló Gesta Inmortal; algunos meses después el
docudrama Surcos de libertad y el
reportaje cinematográfico, a colores, 26
de julio.
Tiempo después el autor de Mis 6 guerras, convencido de las mentiras de Fidel Castro y
observando, entre otros factores, gracias a una conversación de trabajo que
sostuvo con Ernesto Ché Guevara, el
sendero marxista que el proceso estaba tomando, se integra a la lucha contra el
totalitarismo comunista. Más tarde envía a la familia al exilio y
posteriormente él abandona la Isla.
Establecido en
Estados Unidos, en unión de algunos profesionales funda una empresa fílmica y
comienzan a producir El Panamericano, noticiero
para cines. Y es por entonces,
principio de los años 60, que el lente
incansable de la cámara de Eduardo A.
Palmer recoge pronunciamientos y protestas del exilio cubano y se materializa
el proyecto de largometraje Cuba:
Satélite 13.
En la lectura de
la obra Mis 6 guerras, salpicada de
oportunas informaciones sobre las naciones de Iberoamérica que el autor
frecuentó en labor profesional, el lector se asomará a la situación que, en
aquellos momentos, imperaba en cada una de ellas, así como se enterará de los
riesgos reales que cada misión informativa imponía al realizador y su equipo.
En República Dominicana, Eduardo A. Palmer documentó la
guerra civil de 1965 y realizó el documental de gran valor histórico 24 de abril.
El Salvador y el cruento enfrentamiento fratricida que en
la década de 1980 generó miles de víctimas y lastimó la sensibilidad humana fue
recogido en el especial de televisión El
Salvador: ¿Qué pasará?
La Nicaragua sandino-comunista y la represión, de corte
exterminador, contra los indios misquitos, sacudió la sensibilidad de Palmer y
lo llevó a visitar Nicaragua y Honduras. Los
perseguidos, con el subtítulo: Los
indios misquitos, fue la denuncia verídica que como reportaje televisivo se
exhibió en muchos países.
Enfoque en
Granada, con entrevistas a algunos cubanos castristas,
capturados por el ejército norteamericano, fue el trabajo realizado, en 1983
para televisión por el escritor de Mis 6
guerras, en el cual se aprende sobre las causas del derrocamiento del
primer ministro de la isla caribeña Maurice Bishop y todo lo referente a la
intervención militar que se ejecutó bajo la bandera de la Organización de
Estados Americanos.
El deterioro de las libertades, la agresión a los
derechos humanos y la corrupción generalizada que el gobierno del general
Manuel Antonio Noriega engendra en el país del istmo centro americano crea una
situación insostenible que Eduardo A. Palmer retrata en: La crisis de Panamá, especial de televisión, que fue visto en toda
América Latina.
Igualmente, en periodismo informativo y televisivo,
Eduardo A. Palmer tuvo su mayor logro en producir durante once años (1984-1995)
ininterrumpidamente el programa de actualidad e interés hemisférico, con
proyecciones internacionales, Planeta 3.
El espacio, de una hora de duración, se grababa en República Dominicana y
contaba con la participación de personalidades variadas y conspicuas del ámbito
latino americano que, por cuestiones de espacio, no mencionamos. Pero si diré
que el programa se transmitió en dieciséis países de Hispanoamérica y
moderadores de credenciales periodísticas e intelectuales como el dominicano
Salvador Pitaluga, los peruanos Jaime Bayly, Álvaro Vargas Llosa y el cubano Roberto
Rodríguez Tejera, fueron, en diferentes etapas, los rostros de Planeta 3.
Sobre Planeta 3
el periodista, ensayista y escritor Carlos Alberto Montaner ha manifestado: Eduardo A. Palmer fue el creador de Planeta
3, el único programa internacional de debate
ideológico que quizás ha existido.
En una reseña histórica y literaria, en la que el autor
del libro ha llevado, por más de cincuenta años, una vida en la que ha conocido
y entrevistado a actores, de primera línea, del acontecer político, militar, intelectual
y social del momento del continente americano que le tocó vivir, es imposible
abarcarlo todo. Sin embargo, recomendamos la lectura de este volumen porque es
un baño de conocimientos, salpicado de anécdotas variadas, visto todo a través
de la mirada periodística, cinematográfica y humana de un hombre que en procura
de informaciones fidedignas, no parcializadas, venciendo el temor lógico a perder la existencia no ha
vacilado en correr riesgos verdaderamente temerarios. Riesgos con los que nunca
soñó; que la vida le impuso y él nunca eludió, haciendo realidad la frase del
filósofo español José Ortega y Gasset: Yo
soy yo y mi circunstancia.
Esta reseña fue publicada inicialmente en la
revista Círculo: Revista de Cultura. Volumen XLIV. 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario