Recientemente escuché a un conocido concejal de la ciudad de
Hialeah justificar en cámara la construcción de más edificios de apartamentos
múltiples en zonas residenciales diciendo; “El problema es que necesitamos más
fuentes de ingreso para la ciudad”, y no puedo estar totalmente de acuerdo con
sus palabras; Es cierto, siempre necesitamos más fuentes de ingreso para
enfrentar el imparable incremento del costo de la vida. Pero, y que pasa con
los gastos, el gobierno al igual que nosotros en nuestra economía familiar,
está también en la obligación de cortar gastos, administrar con eficiencia sus
finanzas y en especial, reducir los gastos administrativos destinados al
beneficio de la improductiva, dañina, parasita y vergonzosa burocracia
administrativa, enquistada en nuestros sistemas políticos.
Un ejemplo que demuestra los malos e injustos sistemas financieros que
rigen a nuestra sociedad y en especial a nuestras instituciones
gubernamentales, la podemos encontrar en la historia de la vida de Pedro y
Carlos. Los diferentes caminos que las personas toman en sus vidas, marcan el
destino de las mismas en el transcurso y ocaso de sus días y haremos una
comparación real, con nombres supuestos, la historia laboral de dos personas,
Pedro y Carlos.
Pedro, trabajó treinta y cinco años en el sector privado, fue un fiel,
honrado y eficiente trabajador, un día, la crisis económica toco a su puerta;
La empresa donde Pedro trabajó toda su vida, decidió reajustar sus gastos y una
de las medidas adoptadas, fue despedir a los obreros de más altos salarios que
disfrutaban los mejores beneficios, esgrimiendo los principios de “Igualdad”,
que establecen las “Leyes laborales en el estado de la Florida y la carencia de
sindicatos laborales en el sector empresarial privado, autorizados por la ley, pero abiertamente vetados por corporaciones y
dueños de empresas con absoluta impunidad. Pedro fue obligado al retiro y su
posición ocupada por un nuevo empleado, no tan eficiente y experimentado como
Pedro, pero con salario y beneficios mucho más modesto.
La vida laboral de Carlos fue diferente, trabajó como funcionario
público toda su vida, disfrutó de seguridad laboral, buen salario con aumentos
anuales garantizados de acuerdo al incremento del costo de la vida más
beneficios. A los 25 años de servicio, Carlos tenía derecho de retirarse con el
80% del salario que devengaba en ese momento, aunque nunca aporto un centavo
para un fondo de retiro, un derecho que le asistía gracias a los acuerdos
sindicales entre la administración y los sindicatos. Carlos a pesar de haberse
retirado, continuo desarrollando funciones en diferentes posiciones
gubernamentales gracias a sus “Relaciones” construidas en la institución que
trabajó durante tanto tiempo, calificando para otras pensiones y beneficios
laborales, también sin aportar un centavo, hasta que Carlos decidió por fin
disfrutar de la tercera edad sin preocupaciones económicas, gracias a los
beneficios de retiros y pensiones que su vida laboral le garantizó.
Hoy Pedro, para poder costear el incremento del costo de la medicina,
los seguros, los impuestos, el mercado, Etc., tiene que trabajar llenando
bolsas en un supermercado, limpiar patios, hacer guardia de noche contratado
por una compañía de seguridad o vender bisutería en las esquinas de Hialeah.
Sin embargo Carlos, se dedica a disfrutar a plenitud de la tercera edad, sin
problemas económicos, con seguros médicos garantizados por vida para él y su
familia, sin necesidad de buscar un empleo extra para poder asumir los aumentos
del costo de la vida.
¿Cuál es la diferencia entre la vida laboral de Pedro y Carlos?
Sencilla: Pedro trabajó en el sector privado donde los beneficios son
limitados, los sindicatos están virtualmente prohibidos y los empleadores
aprovechan la carencia de leyes laborables justas, para despedir sin garantías
a sus empleados sin necesidad de compensarlos. Carlos sin embargo en el sector
estatal, disfrutó toda su vida de garantías y beneficios laborables quizás
justos, pero que no están al alcance del trabajador del sector privado.
¿Cuál es la diferencia entre la vejez de Pedro y Carlos?; Pedro al
retirarse, necesita un trabajo extra porque lo que recibe del SS, no le alcanza
para poder pagar el constante aumento de los impuestos, seguros, los servicios
médicos y otros costos de la canasta básica. Mientras que Carlos puede mantiene
en su vida como retirado.
¿Quién, cuándo y por qué, se autorizó a los funcionarios públicos sin
una consulta en la urnas a aprobar y disfrutar de beneficios laborales, que los
benefician solo a ellos y que no tienen los obreros del sector privado, pero
que además son pagados con el dinero de los impuestos de los contribuyentes,
sin que la mayoría de los ciudadanos de esta nación tengan la posibilidad de
obtener y que además, son costeados con el dinero de los contribuyentes que no
tienen derecho a estos beneficios?
En estas “Desigualdades” que crecen sin control, se usa la mayor
parte del dinero que los contribuyentes aportan en conceptos de impuestos. Por
eso, a los funcionarios públicos nunca les alcanza el dinero que reciben,
porque estos gastos de pensiones y retiros aumentan sin control. Pero, si
nuestros representantes públicos no son capaces de crear leyes para que todos
los trabajadores de esta nación tengan los mismos beneficios laborales y pos
laborales, al menos debían limitar que un grupo de llamados “Servidores
Públicos”, tengan esos privilegios. Es injusto que Pedro y Carlos, no tengan en sus vidas laboral y en la vejes, los
mismos derechos y oportunidades, cuando hombres trabajadores como Pedro,
costean esos gastos.
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