sábado, 1 de junio de 2019

ORTEGA Y GASSET Y LA CUBA INVERTEBRADA


"Estos individuos han dejado de ser de pensamiento libre y se han disuelto en una amalgama que piensa y actúa..."

Por José Azel.
Invertebrate Spain (como en sin columna vertebral), y The Revolt of the Masses son dos de las obras más conocidas de José Ortega y Gasset.


Ortega y Gasset (1883-1955), un filósofo y ensayista español, escribió durante la primera mitad del siglo XX cuando España vaciló entre la monarquía, el republicanismo y la dictadura. Para él, los separatismos vascos y catalanes de su época eran manifestaciones de la normalidad existencial de los valores sociales y de la mediocridad de las instituciones españolas. España había dejado de ser "una realidad activa y dinámica" y se había convertido en una sociedad sin ambiciones ni ilusiones. En la España invertebrada, Ortega y Gasset define a una nación como "un proyecto que sugiere una vida en común" y argumenta que España se "invertebró" a sí misma por la pobreza intelectual y la deficiencia de su clase política. Enfatiza que las deficiencias de una clase dominante mediocre e invertebrada se transfieren a las instituciones que dirigen. Esto fomenta una desmoralización radical de la sociedad.
Expande el tema en La revuelta de las masas señalando que las "masas" son la agregación de individuos que se han "desindividualizado". Estos individuos han dejado de ser de pensamiento libre y se han disuelto en una amalgama que piensa y actúa. Ellos. Por lo tanto, argumenta Ortega y Gasset, España ha dejado de ser una nación y se ha convertido en "una serie de compartimentos sin salida".

Estas reflexiones de José Ortega y Gasset me vinieron a la mente cuando leí los últimos controles surrealistas (julio de 2018) impuestos por el gobierno cubano a su población. En 2011, el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba introdujo algunas reformas económicas minimalistas que consistían principalmente en permitir el autoempleo en unas 200 actividades comerciales, como la compra y venta de libros usados ​​(actividad # 23) y ser asistente de Baños públicos (actividad n. ° 29). Estos asistentes independientes son presumiblemente responsables del mantenimiento de los baños y cobran a los usuarios una tarifa.
La extraña lista de actividades económicas que se permitieron en 2011 corresponde a la descripción de Ortega y Gasset de la toma de decisiones por parte de una clase dominante mediocre e invertebrada. Y, sin embargo, algunos observadores retrataron tontamente estos cambios como los de un nuevo liderazgo inspirado. La necesidad, del Partido Comunista y del Ejército de Cuba, de controlar todos los aspectos de la vida es antitética a las libertades individuales y al empoderamiento necesarios para lograr un renacimiento económico.
Esa necesidad de control se intensificó con el nuevo paquete de medidas diseñadas para limitar la acumulación de riqueza de los cubanos que trabajan por cuenta propia. Las medidas de 2018 estipulan que los cubanos solo pueden participar en una actividad de autoempleo. Por ejemplo, los cubanos que operan un establecimiento de comidas en su casa (conocidos como paladares) no pueden alquilar una habitación en su casa a los turistas. Nadie puede tener más de una licencia para una actividad de autoempleo. Además, cada actividad que había sido supervisada por los gobiernos municipales y provinciales ahora también será supervisada por un ministerio estatal.
Por ejemplo, bajo las nuevas regulaciones, la Gaceta Oficial ha publicado una tabla que clasifica los baños públicos y especifica la "tasa de arrendamiento" aplicable a los empleados de baños públicos anotados anteriormente como actividad de autoempleo n. ° 29. Y, vendedores de libros usados, actividad n. ° 23, ahora tienen prohibido vender libros que tengan "contenidos perjudiciales para los valores éticos y culturales". Estas son las primeras medidas significativas anunciadas desde que Miguel Díaz-Canel reemplazó al general Raúl Castro como presidente del Consejo de Estado en abril de 2018; Que Cuba está cambiando sus caminos totalitarios.
En la práctica, la planificación económica del gobierno suprime nuestros planes individuales y los reemplaza por planes colectivos impuestos por la burocracia. La intervención económica del gobierno no mejora nuestras vidas porque los individuos, y no el gobierno, están mejor capacitados para evaluar los costos y beneficios que nos afectan.
Además, la planificación económica totalitaria del tipo cubano, que promete traer el cielo a la tierra, es lo más dañino porque suprime nuestras libertades y nuestra soberanía individual; transforma a los ciudadanos en marionetas gubernamentales. La opresión no engendra las virtudes de la libertad. En cambio, la mediocridad intelectual de la clase política cubana ha fomentado una sociedad "desindividualizada" sin ambiciones ni ilusiones. En las palabras de Ortega y Gasset, Cuba ha dejado de ser "una realidad activa y dinámica". Se ha convertido en: Cuba invertebrada.




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