"LA BASE DE NUESTRA POLITICA SERA UNA FIDELIDAD TOTAL A LOS EE.UU."
Por Santiago Cárdenas MD.
Existe una percepción errónea
acerca de hacia donde camina
la nueva administración de
nuestro Presidente. Para mí es claro que se mueve al socialismo. Con más claridad: hacia el nacional socialismo. Un socialismo nacionalista democrático. Eso fue
develado durante su atípica campaña, pero
reciente y más explícitamente
desde sus dos monumentales discursos, verdaderas piezas de fina ideología que deben ser tomadas muy en serio. El de la toma de posesión y el del Congreso, que volaron más alto y más allá del retozo cotidiano sin importancia de
sus tuíteres
o el de sus caritas para
la televisión de ocasión.
NACIONALISMO: "LA BASE DE NUESTRA POLITICA SERA UNA FIDELIDAD TOTAL A EEUU."
"America great again”, su lema,
fue desarrollado brillantemente en esa
joya oratoria del 20 de enero. Trasciende
como uno de los discursos de más enjundia, mejor elaborados y ejecutados en la historia de la Grande América. Probablemente la
medalla de oro de cualquier inicio de gobierno en EEUU. Impecable en forma extensión y contenido con olor a Gettysburg. Por supuesto, ignorada o subvertida por la media pedante, como era de esperar.
Esa media, la que tenía el control absoluto, o casi, de la opinión pública y que
nunca perdonará al presidente porque fue la gran derrotada sorpresivamente en las elecciones
del pasado noviembre.
"Vamos a seguir dos reglas muy sencillas: compra estadounidense y
contrata estadounidense."
"Vamos a recuperar nuestro
empleo, nuestras fronteras, nuestra riqueza y nuestros sueños. "
"Hemos enriquecido a otros países, mientras la riqueza, la fortaleza y la confianza de
nuestro país desaparecieron tras el
horizonte". "Juntos vamos a hacer que América vuelva a ser rica; a estar orgullosa; segura.
Y juntos vamos a hacer que América vuelva a ser grande."
DONALD TRUMP: ¿SOCIALISTA
O CAPITALISTA COMPASIVO?
En el discurso ante el Congreso el Presidente
transitó impúdicamente en favor del socialismo
al recrearse en un párrafo donde prometió ventajas colectivas:... "to
make childcare accessible and affordable, to help ensure new parents had paid
family leave , to invest in women's health and to promote clear air and clear
water "....
La creación de una oficina llamada VOICE para ayudar a las víctimas de la violencia es una iniciativa esencialmente social. En realidad el presidente , hasta ahora , no
ha mencionado, ni insinuado, ni ejecutado en su agenda de gobierno una sola medida
liberal clásica económica de estirpe
genuinamente capitalista. Reunirse con los grandes monopolios farmacéuticos
para pedirles que rebajen el precio de las medicinas no es la impronta de un presidente que practique el liberalismo
económico. Hasta ahora, insisto, ha preferido
las soluciones colectivas ante el
individualismo. Gústenos o no.
Si dudas tiene, la tapa al pomo ha llegado en estos días con la
propuesta de su plan de salud: un arreglo de entuertos, aderezos y paños tibios al llamado Obamacare que ha
sido el meollo de la disputa en las decisiones económicas definitorias y trascendentes de la administración anterior.
La consulta médica privada, la
del laissez faire, desde Hipócrates –la única alternativa liberal clásica al
colectivismo obámico– ha sido barrida , al
parecer definitivamente, de Washington a Mar'
a Lago. El Secretario de Salud, Prince, débenos una explicación coherente a los
seguidores de John Locke y a los entusiastas
lectores de Adam Smith, por esta cabriola política incomprensible. Y es que, por
donde transite la actual política de la salud estadounidense transitará en lo económico político y social
las múltiples decisiones de la Casa
Blanca en estos cuatro u ocho años
porvenir.
LA DEMOCRACIA EN ACCION.
El nacional socialismo de Trump al transitar dentro del apego a las
reglas institucionales y el respeto a la constitución (hay innumerables
ejemplos de que así ha sido) no se parece al nacional socialismo alemán del siglo XX, aunque lleva su nombre.
Se podrá argumentar con vehemencia en contra de esta afirmación De hecho eso es
lo que se hace diariamente en la media. Pero, esos ataques están teñidos de
pasión política, de partidarismos previsibles, del llantén de los malos
perdedores y de revanchismo. Lo siento.
Se auto descalifican.
Lo que más se asemeja al nuevo
"movimiento " –tal como lo definió el Presidente el 20 de enero–son
los gobiernos de seguridad democrática, los arribistas del siglo pasado, pero
con una pizca de socialismo a la
"americana". Eso también, como dije antes, gústenos o no.
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