" He visto a un juez considerar la ciudad de Hialeah como una ciudad inferior..."
Por José M. Izquierdo.(josemizquierdo@hotmail.com)
Como considerar el escándalo protagonizado
por el senador Frank Artiles al insultar a la senadora Audrey Gibson, un caso
que obligo a Artiles a pedir su renuncia, se puede evaluar como racismo, falta
de ética profesional o un ajuste de cuentas. Pueden ser las tres cosas y
también otras cosas más.
La culpabilidad de Frank Artiles tiene
méritos contundentes que él reconoce, públicamente pidió disculpas en el pleno
del senado, pero los indignados legisladores afroamericanos no la aceptaron,
considerando que no era suficiente. Solo se pudo aplacar la Ira de los
ofendidos con la renuncia de Artiles; “Los Dioses en este caso, pedían lavar su
honor con sangre”. Pero hubiera tenido las mismas consecuencias si la falta
hubiera sido de un afroamericano, hacia una persona de origen latino.
Artilles uso un lenguaje vulgar e
inapropiado, Su acción no es defendible, pero asegura también que el proceso
político puede distorsionar la verdad con el propósito de obtener ganancias.
¿Estamos ante un caso de falta de ética profesional, de racismo o un caso
político?, Si es racismo, es un mal contra el cual la sociedad estadounidense
no ha encontrado un antídoto eficiente. Llama la atención el caso por dos
cosas; Primero, Artiles es un político de origen latino y natural de Hialeah,
una de las ciudades más latinas de esta nación. En los Estados Unidos el
racismo corre como el ferrocarril, por una sola vía, para que un caso sea
considerado racista, debe estar involucrado una persona de origen
afroamericano.
Crecí rodeados de muchachos de la raza negra,
era común llamarlos; Miguelito el negro; Papito el negro, Chicho el manco o
Thomas el Chino, nadie se ofendía. Nadie nunca me dijo; “No juegues con Miguelito
porque es negro”. Cuando se servía la mesa venían todos, negros y blancos, era
diferente. Entiendo que para los hombres de la raza negra hay palabras
ofensivas, el racismo les ha penetrado hasta la medula y sus líderes usan este
tema para obtener ventajas políticas y sociales. El Ex presidente Obama, primer
presidente negro de esta nación, tomo partidos en diferentes casos de crímenes
que culpaban a hombres de la raza negra, antes de escuchar y conocer los
resultados de las investigaciones, echándole más Leña al fuego del racismo
entre la comunidad afro Americana. Pero no se toma el tema con igual seriedad
cuando se le dice a una persona de origen latinoamericano, “Indio”, a un cubano
“Cubaniche o a un puertorriqueño “Portorro”. Es que el racismo también tiene
diferentes clases sociales.
He visto a un juez considerar la ciudad de
Hialeah como una ciudad inferior, por su composición latina y tomar decisiones
basado en este criterio. He presenciado una pelea entre dos hombres de la raza
negra, un afroamericano vs un latino y el afroamericano considerar el problema
como racismo, sin reconocer que el otro involucrado era también un hombre de la
raza negra, pero latino. Se pueden poner muchos ejemplos donde, los problemas
para ser considerados raciales en los EEUU, tienen que involucrar a los
afroamericanos, cuando el racismo está presente contra todas minorías raciales.
En el caso de Artiles, un hombre incorrecto,
se considera que ofendió una persona de la raza negra; ¡Seria igual si hubiera
ocurrido a la inversa!, “Había que lavar el honor con sangre”, no podemos
olvidar nunca que Artiles llego a Tallahassee electo por el pueblo. La
presencia de Artiles en Tallahassee no es imprescindible, pueden haber otros
problemas que no conocemos que transfieren el caso a la esfera política. Pero
el racismo insensato, inútil y dañino, debe terminar.
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